No es que exista un grupo de mujeres sabias y otro de
mujeres torpes. Toda mujer, y todo ser humano en realidad, llevan dentro de sí
la semilla de la sabiduría. Lo que pasa es que algunos escuchan el rumor de
esos aprendizajes, mientras que otros prefieren hacer oídos sordos a su rumor.
Vamos a ponerles el adjetivo de sabias a aquellas mujeres
que han logrado superar en gran medida los prejuicios y falsas creencias que giran
en torno a lo femenino.
Piensa que muchas sociedades presumen de haberles dado un
lugar de relevancia a las mujeres; pero todos sabemos que es un proceso que aún
no se ha completado y al que en muchos casos todavía le resta un largo camino.
Por desgracia, lo cierto es que las mujeres de todo el mundo siguen enfrentando
realidades de indolencia y discriminación.
1. Solidaridad de género, una virtud de las mujeres sabias
La envidia es una flor maligna que crece con facilidad en el
terreno de lo femenino. Las mujeres sabias son conscientes de ello, porque han
invertido parte de su tiempo reflexionando en esta realidad. Saben también que
esas descalificaciones y esas críticas mordaces entre mujeres son solamente un
rezago de un sentimiento de inferioridad.
Las mujeres sabias entienden que cuestionar a las demás
mujeres no las hace mejores, sino todo lo contrario. Por eso, se alegran de los
triunfos de sus amigas y evitan a toda costa esas conversaciones insulsas en
las que la crítica hace de piedra para lapidar la apariencia de las demás.
2. La independencia afectiva: actuar por convicción
La independencia no consiste en tener dinero propio para
gastar, ni en vivir de forma autosuficiente, como si no necesitaras de nadie.
Tampoco tiene que ver con el hecho de vivir en soledad o con desechar las
relaciones porque ninguna llega a ser importante.
La independencia se refleja sobre todo en la capacidad de
tener convicciones propias y ser consecuentes con ellas, sin importar lo que
piensen o digan las personas que están en el entorno.
Las mujeres sabias pueden conectarse consigo mismas y seguir
sus deseos, comprendiendo que son diferentes a los de los demás, pero igual de
legítimos.
3. El sentido del humor, un signo de bienestar
Un rasgo distintivo de la sabiduría es el buen sentido del
humor. Cualquiera que haya vivido lo suficiente sabe que la risa es una
excelente respuesta a las vicisitudes e ironías de la existencia. Finalmente,
buena parte de las situaciones que experimentamos no tienen remedio, y es ahí
cuando la risa ayuda a aceptar lo inevitable.
El sentido del humor le pone color a cualquier momento. Las
mujeres sabias entienden que reír es un acto de libertad. Por eso saben
hacerlo. No andan en busca de alguien que las divierta, sino que han aprendido
a encontrar por sí solas esa faceta lúdica que hay en toda situación.
4. Realismo, cuando dices adiós a los cuentos de hadas
Casi todas las mujeres han sido educadas para que se
conviertan en unas eternas románticas. Muchas veces hasta las más espabiladas y
educadas siguen llevando en su interior una suerte de nostalgia por la
inexistencia de los amores perfectos y los finales felices. Algunas renuncian a
los sueños románticos con cierta amargura.
Pero las mujeres que han logrado hacerse sabias piensan y
sienten de manera diferente. Las mujeres sabias aprendieron a decirle adiós a
esas fantasías que solamente traían consigo frustraciones. Entendieron que la
dimensión de pareja es una más de la vida y no una revelación mágica que cambia
todo para siempre.
Aman a sus parejas, tal y como son, y no los convierten en
los responsables de su propia felicidad. Paradójicamente, son más felices así.
5. Autocuidado, la conquista de ti misma
Hay una diferencia grande entre el autocuidado y la vanidad.
El autocuidado tiene que ver con la protección de la integridad propia. Del
bienestar personal, de la salud. También, por supuesto, involucra a la
apariencia. Tiene que ver con sentirse agradable de un modo propio. Es decir,
los demás no son los que dicen cómo debes verte bien, sino que eres tú quien lo
decide.
La vanidad, en cambio, busca complacer la mirada de los
otros. Es un rasgo propio de las mujeres que quieren ser juzgadas con gestos
aprobatorios por los demás. Necesitan que las vean bellas y para lograrlo son
capaces de todo, incluso de pasar por grandes incomodidades o de poner en
riesgo sus vidas. Su concepto de belleza lo dictan las revistas, los anuncios,
el mercado.
Los rasgos que definen a las mujeres sabias tienen que ver
con un elemento común: el amor propio. Es fácil decirlo, pero para poder
construir una auténtica autoestima se deben superar muchos prejuicios y
fantasías. El esfuerzo vale la pena porque al final el premio es una vida más
libre y plena.
Yo creo que tú eeres una mujer sabia y, está feo que yo me lo diga mi misma, pero creo qu yo también, (ya están superadas las tontadas de los 20 y los dramas de los 30)
ResponderEliminarLlevas mucha razón Alicia, ya las tondadas las hemos dejado atrás y otras muchas cosas que con el paso del tiempo nos damos cuenta que no nos afectan. Un abrazo
EliminarUna entrada para reflexionar en cada una de sus palabras.
ResponderEliminarSi Tracy, hay que analizar y reflexionar cada una de las cinco pautas. Un abrazo
EliminarCon los años y las experiencias nos vamos haciendo cada vez más sabias. Besos, Ana.
ResponderEliminar!Vaya, que sí Rita¡ Con la experiencia que van dando los años, nos volvemos sabias de verdad. Un abrazo
EliminarNi una como quito a tu texto, pensemos en ello. Abrazos
ResponderEliminarSi tu no quitas ni una como con lo experta que eres en escritura, me doy por contenta. Gracias por pasar por aquí Ester, un abrazo.
EliminarHa habido en la historia, mujeres sabias que deberían ser más recordadas.
ResponderEliminarY sus historias mejor contadas. Por ejemplo, de Marie Curie se dijo que había muerto por radiación, por su descuidado manejo del radio. Pero no fue por las unidades móviles de rayos X, que llevaba a los campos de batalla, asistida por una de sus hijas. Y fueron los rayos x los responsables de su muerte.
Interesantes planteos los de esta entrada.