.

.

lunes, 15 de marzo de 2021

TOMAR LADECISIÓN CORRECTA

Esa sensación de paz que sientes ahora refleja que has tomado la opción correcta. Tal vez no sea la más acertada para algunos, ni la más lógica según otros. De hecho, puede que ni siquiera la mejor. Sin embargo, lo que sí está claro es que es la opción que te hace feliz, la que conjuga con tus valores, esencias y sentimientos… Sigmund Freud solía decir que tomar una decisión es como montar un caballo de carreras. El animal representaría nuestro lado emocional, instintivo, desbocado casi. Por su parte, el jinete es quien lleva las riendas de la razón, quien guía, frena y orienta. Ahora bien, quien vence en la mayoría de las ocasiones a la hora de tomar una decisión es nuestra fascinante arquitectura emocional, ahí donde cada día acontecen cientos y cientos de carreras… Tú no eres la opción de nadie, eres tu propia prioridad, por ello, a la hora de tomar cada una de tus decisiones escucha a tu corazón. Porque no existe un camino correcto, existe un camino que te hace feliz. La vida es elegir, de hecho, nos pasamos gran parte del tiempo practicando el arte de la toma de decisiones: café o té, ascensor o escalera, llamarle o no llamarle, coger ese tren o dejarlo pasar... Decidirse puede trasmitir las mismas sensaciones que las que acompañan a un salto al vacío. Ahí donde se requieren, eso sí, grandes dosis de valentía y responsabilidad.

viernes, 5 de marzo de 2021

EL CAMINO DEL GUERRERO

 


La cultura japonesa es milenaria y a lo largo de su historia le ha otorgado un gran valor a las virtudes en combate. El combatiente japonés, a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, debe estar colmado de valores para ser digno. La palabra bushido habla precisamente de esto y se traduce como el camino del guerrero.

Este camino del guerrero, o bushido, habla acerca de un código de ética que aplicaban los samuráis. Contiene una serie de principios, pero sobre todo siete valores, que debían regir la conducta. Se dice que se enseñaba a los miembros de la clase dirigente, desde muy temprana edad.

Según el camino del guerrero, solo cuando se tiene coraje se puede ser libre. Es el coraje lo que permite vivir plenamente, sin las ataduras que impone el miedo. Se necesita valor para decidir actuar, especialmente para hacer grandes cosas.

El coraje no es arrojo ciego. Para que sea verdadero coraje debe estar acompañado por la inteligencia y la fuerza. El miedo existe, pero no debemos dejarnos vencer por él. En lugar de esto, debemos reemplazarlo por la precaución y el respeto. Así emergerá el verdadero coraje.

En el camino del guerrero la cortesía no es simplemente un conjunto de gestos amables o de buenas maneras. En realidad se trata de una virtud que se encuentra estrechamente relacionada con el respeto por el otro, incluso si es un enemigo.

La cortesía es, ante todo, respeto y consideración por el otro, sin importar las circunstancias. Esto significa no ser cruel, ni hacer demostraciones innecesarias de fuerza o poder. Se trata de una virtud que muestra carácter y mucha fuerza interior.

La fortaleza y el poder que se tienen deben ser empleados en bien de todas las personas. Así lo señala el camino del guerrero, que además insiste en el enorme valor que tiene la solidaridad. Esta es una característica que adorna a la fuerza.

La compasión no es solamente un sentimiento, sino que se debe traducir en acciones concretas. Siempre que se pueda ayudar a alguien, debe hacerse. Y si no se cuenta con la oportunidad de ayudarlo, hay que salir a buscar esa posibilidad.

Dice el camino del guerrero que la justicia no tiene medias tintas. Según esta antigua sabiduría, lo justo emana simplemente de definir lo que es correcto y diferenciarlo de lo que no lo es. Lo correcto se premia y lo incorrecto se castiga.

 La lealtad es propia de los espíritus fuertes y nobles. Lo que uno dice o hace le pertenece por completo. Por lo tanto, también son nuestras las consecuencias. De ahí que se deba tener gran sentido de responsabilidad antes de actuar o de expresarse.

La lealtad es, sobre todo, lealtad con uno mismo. Capacidad para ser consecuente o coherente. Para los samuráis la palabra tiene un inmenso valor. No se habla por hablar, ni se dice por decir. Por eso en el camino del guerrero las palabras son totalmente equivalentes a los actos. Cuando se dice algo es como si ya estuviera hecho.

Según el camino del guerrero, la virtud más grande de todas es el honor. Ser honorable significa actuar con rectitud, sin importar las circunstancias. El honor está asociado al respeto que se siente por uno mismo. Esto implica no permitirse caer en comportamientos poco éticos o despreciables. Es tan importante el honor en esta filosofía que si se pierde la única manera de recuperarlo es quitándose la vida.Lo más interesante del camino del guerrero es que siendo un código ético tan antiguo, los valores que promueve mantienen su vigencia. Muy distinto sería el mundo si en cada conflicto, o en cada confrontación, aplicáramos esos valiosos principios de los guerreros samuráis.

La confianza es como un puente de cristal frágil y transparente que eleva nuestra vida. Es probable que nos haya llevado mucho tiempo y mucho esfuerzo construirla, por lo que es un bien más que preciado. Sin embargo, a pesar de que merece tanto trabajo y de que aporta tanta dicha, la confianza suele ser destruida en apenas unos segundos por nuestros descuidos, nuestros egoísmos y nuestras actitudes interesadas.

Cuando un sentimiento tan importante como la confianza se quiebra, algo en nuestro interior fallece. Esto ocurre porque la mentira pone en duda mil verdades, haciendo que nos cuestionemos incluso las experiencias que creíamos más francas. Un dicho popular afirma que una gota de mentira contamina un mar de verdades. A pesar de que solo se trata de una mentira, esa mentira tiene el potencial de ponernos en duda sobre todo lo se nos ha dicho.

Aunque la mentira pueda alcanzar límites insospechados, la verdad siempre acaba trascendiendo. Como se suele decir, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, pues sus palabras y sus actos no se sostienen. Cabe recordar que para mentir es necesario tener buena memoria. Mentir desgasta mucho, pero sobre todo, destruye amistades y a nosotros mismos.

De todas maneras, el hecho de que todo caiga por su propio peso no quiere decir que el golpe no vaya a resultar aparatoso y doloroso. De hecho, lo normal es que ocurra precisamente lo contrario y que la mentira y la traición supongan un antes y un después en nuestra vida.