Helen Keller nació en Tuscumbia, una pequeña ciudad rural de Alabama,
Estados Unidos. Su sordoceguera fue causada por una fiebre en febrero de 1882
cuando tenía tan solo 19 meses de edad. Los doctores en su tiempo la llamaron
"fiebre del cerebro", mientras que los médicos de hoy piensan que
pudo haber sido escarlatina o meningitis. Su incapacidad para comunicarse en
tan temprana etapa de desarrollo fue muy traumática para ella y su familia,
debido a esto, estuvo prácticamente incontrolable por un tiempo.
Pero su familia y ella misma no se resignaron con ese destino, y lo fueron
superando a fuerza de voluntad y constancia, y gracias también a tutores y
amigos que la ayudaron,
entre ellos, Anne Sullivan.
A pesar de sus discapacidades, muchos años después daría discursos acerca de
su vida, e incluso escribiría libros sobre sus experiencias personales. Todo
esto fue posible gracias a la gran ayuda e influencia de su institutriz Anne
Sullivan, quien le enseñó a leer y comunicarse con los demás, junto con llevar
una vida disciplinada.
Para que aprendiera a escribir, Sullivan le consiguió a su discípula un
tablero especialmente diseñado, acanalado de modo que un lápiz podía formar
letras.
Para enseñarle a hablar, Sullivan ponía la mano de Helen en su garganta para
que pudiera sentir las vibraciones creadas al comunicarse.
Anne Sullivan fue su profesora personal, y amiga de toda la vida. Anne le
ayudó primero a controlar su mal genio, y después le enseñó a leer, en primer
lugar con el alfabeto manual táctil y más adelante, con el sistema Braille, a escribir
de forma normal y a través de las máquinas de escribir en Braille.
Helen fue a la escuela de Cambridge para señoritas desde 1896 y en el otoño
de 1900 entró en la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona
sordociega que podía alcanzar el reto de presentarse y transitar en una
Universidad.
La vida en Radcliffe era muy difícil para Helen y Anne, y la cantidad enorme
de trabajo condujo al deterioro de la visión de Anne
Durante su tiempo en la universidad Helen comenzó a escribir sobre su vida.
Escribía la historia en Braille y en una máquina de escribir normal. Fue en
este tiempo que Helen y Anne resolvieron con Juan Albert Macy que él debía
ayudar a corregir el primer libro de Helen ("La historia de mi
vida"), que fue publicado en 1903 y aunque al principio no fuese exitoso
en ventas, se convirtió más adelante en una obra clásica.
El 28 de junio de 1904 Helen se graduó "Con Honores" de la
Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona sordociega en obtener un
título universitario. Ese mismo año en la exposición de San Luis hablaba por
primera vez en público.
Helen y Anne iniciaron en los años siguientes una gira de charlas y
conferencias sobre sus experiencias. Helen contaba su vida y su discurso era
interpretado frase a frase por Anne Sullivan, lo que siempre generaba sesiones
de preguntas y respuestas acerca de sus historias.
A causa de sus viajes, Helen y Anne buscaron una nueva forma de vivir a
través de sus conferencias y la venta de sus obras literarias.
En 1918 la demanda de sus obras había disminuido, pero ellas seguían
viajando con más interés, mostrando las historias increíbles de Helen, como la
primera vez que entendió el significado de la palabra "agua". Ese año
Helen, Anne y John (Esposo de Anne), se trasladaron a Forest Hills en Nueva
York. Helen usaba su nueva casa como la sede para obtención de fondos de la
Fundación Americana para Ciegos.
No solo recaudaba dinero, también hacía campañas para mejorar la calidad de
vida y las condiciones de las personas ciegas, quienes eran rechazados y
erróneamente educados en asilos. Su insistencia fue uno de los factores
importantes para que las condiciones de éstos cambiaran.
En octubre de 1961 Helen sufrió el primero de una serie de accidentes cerebro
vascular, y su vida pública fue disminuyendo. En los últimos años de su vida se
dedicaría entonces a cuidar su casa en Arcan Ridge.
En 1964, Helen fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Libertad,
el más alto premio para personas civiles otorgada por el presidente Lyndon
Johnson. Un año más tarde fue elegida como La mujer del “Salón de la Fama” en
la Feria Mundial de Nueva York.
Poco antes de su muerte en 1968, a la edad de 87 años, Helen Keller le dijo
a un amigo:
"En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado
utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y
entonces estaré satisfecha."
El 1 de junio de 1968, en Arcan Ridge, Helen Keller muere mientras dormía.
Su cuerpo fue cremado en Bridgeport, Connecticut, y su funeral se realizó en la
Catedral Nacional de Washington DC. La urna más tarde sería llevada a un lugar
cerca de donde descansaban los restos de Anne Sullivan.