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martes, 22 de octubre de 2013
CLARA CAMPOAMOR
Clara Campoamor Rodríguez nació en el seno de una familia madrileña. Su padre, Manuel Campoamor Martínez fue contable en un periódico, y su madre Mª Pilar Rodríguez Martínez, era costurera.
Después de desempeñarse en varios oficios, entre ellos el de telefonista, sacó plaza de funcionaria en Correos. Entró a trabajar en el periódico maurista La Tribuna como secretaria del director, un puesto que le permitió conocer gente y donde comenzó a interesarse por la política. En 1920 se matriculó como estudiante en la escuela secundaria (que termina en dos años) y luego en la Facultad de Derecho, donde obtuvo un título en sólo dos años. A los 36 años se convierte en una de las pocas abogadas españolas y de inmediato comienza a ejercer su profesión. Sus ideas sobre la igualdad de las mujeres la acercan al PSOE y escribe el prólogo del libro Feminismo Socialista de María Cambrils, dedicado a Pablo Iglesias. Pero nunca se incorporó al partido ni aceptó la colaboración de este con la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En 1929 perteneció al comité organizador de la Agrupación Liberal Socialista, que desapareció poco tiempos después. Campoamor y Matilde Huici, republicanas y enemigas del régimen de Primo de Rivera, quisieron sin éxito que la Agrupación se desmarcara de la Dictadura, motivo por el que la abandonaron poco después de ingresar. Mantuvo una gran actividad como conferenciante en la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia, defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política.
Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada –en 1931 las mujeres podían ser elegidas, pero no ser electoras– integrando las listas del Partido Radical, al que se había afiliado por proclamarse éste "republicano, liberal, laico y democrático": su propio ideario político.
Formó parte de la Comisión Constitucional encargada de elaborar el proyecto de Constitución de la nueva República e integrada por 21 diputados, y allí luchó eficazmente para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento.
La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos, no querían que la mujer votase porque se suponía que estaba muy influida por la Iglesia y votaría a favor de la derecha. Por ello, el Partido Radical Socialista puso frente a Clara a otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres. El debate fue extraordinario y Campoamor fue considerada como la vencedora. Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE –excepto el sector encabezado por Indalecio Prieto, y algunos republicanos.
Al estallar la guerra civil se exilió y, en 1937, publicó en París La revolución española vista por una republicana. Vivió una década en Buenos Aires y se ganó la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías (Concepción Arenal, Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo). Intentó regresar a España a fines de la década de 1940, pero se encontró con que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica.
En 1955 se instaló en Lausana (Suiza), y trabajó en un bufete hasta que perdió la vista. Murió de cáncer en abril de 1972.
8 comentarios:
Queridos seguidores, les doy las gracias por compartir su tiempo con este blog. Hay personas que brillan con luz propia y vosotros la tenéis. Alumbráis mi existir y el del blog, con vuestros comentarios y visitas. Sois unos encantadores magos que hacéis que mi alma se ilumine de luz y color.
A veces es necesario tomar un nuevo rumbo para seguir creciendo.
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Un merecido homenaje para esta mujer, que luchó por la igualdad de los dos sexos, eso si, sin olvidar la época en la que le tocó vivir, que aun tiene mas mérito. Gracias por recordarnos biografías tan importantes. Un beso.
ResponderEliminarUna gran mujer y un buen homenaje. Le debemos mucho a sus esfuerzos.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy significativo homenaje....se destaca a una gran mujer que luchó por sus ideales ....
ResponderEliminarGracias por compartir y dar a conocer en este bello post.
Cristina
Un hermoso retrato, como los llamo yo, de alguien que he conocido a través tuyo pero que oí hablar. He aprendido tanto con los blogs.
ResponderEliminarUn aporte a la cultura para enriquecernos mutuamente.
Un beso grande.
Ana, bonito homenaje a una gran luchadora. Por la igualdad y por los derechos de la mujer, anticipándose al tiempo.
ResponderEliminarMuchos besos.
Un homenaje muy merecido a esta enorme Mujer.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Hola Anita! Es un agrado pasar por tu blog una vez más después de una larga ausencia. Me ha gustado mucho el homenaje que haces a esta gran mujer. Que tengas una bonita semana!
ResponderEliminarEnhorabuena! por el reconocimiento a una heroína que como Concepción Arenal y otras, lucharon por dar un lugar merecido a las mujeres. Quizá acallaran sus voces, pero nunca sus pensamientos.
ResponderEliminarSaludos