En estas fechas llega el momento de las esperadas vacaciones de verano, niños y mayores hacemos planes para disfrutar del merecido descanso, después de exámenes y duro trabajo.
Vacaciones; descansar, salir y romper con la rutina diaria, desconectar por completo de lo que hacemos habitualmente.
Cambiar de ambiente por unos días, nos renueva y nos carga de energía.
Sí durante el año no hay tiempo para la lectura, este es el momento para leer un buen libro.
Estar con los seres queridos desde la calma y el sosiego.
No hace falta ir a lugares exóticos, ni a hoteles con muchas estrellas, ni viajar al otro lado del mundo, para encontrar el descanso y la quietud.
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miércoles, 27 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
EL MAR
¡Qué hermoso y bello es el mar!
Ningún ser humano tendría que dejar este mundo, sin a ver visto el mar, aun que solo fuese una sola vez en su vida.
El mar es infinito a nuestros ojos, se extiende con toda su majestuosidad, grandeza y opulencia, en sus profundidades alberga grandes misterios.
A veces se muestra en calma y pacífico y otras embravecido y furioso, tanto en un estado como en otro, siempre debemos tenerle mucho respeto.
El mar fluye constantemente, y es una melodía muy agradable el escuchar el sonido de su oleaje interrumpidamente.
viernes, 22 de junio de 2012
NATURALEZA
Todo en la naturaleza es sencillo, simple, sin dobleces, los peces nadan sin aparente esfuerzo, las aves vuelan
simplemente, las flores abren y nos impregnan de sus aromas, porque esa es su naturaleza intrínseca. La inteligencia de la naturaleza es intuitiva, holística y estimulante. Cuando nosotros estamos en armonía con la naturaleza, nuestros actos brotan del amor y nuestra energía se multiplica.
Observamos, que cuando paseamos por un monte o bosque, donde la naturaleza esta viva y pura, nosotros nos recargamos de energía, de buen humor, nos sentimos felices. Hay que estar más en contacto con la naturaleza, aprender de su inteligencia y hacer la vida sencilla, como ella.
jueves, 21 de junio de 2012
DICHOSOS
Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.
Dichosos los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscar excusas; llegarán a ser sabios.
Dichosos los que saben escuchar y callar; todos los días aprenderán cosas nuevas.
Dichosos los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio; serán valorados.
Dichosos los que están atentos a las urgencias de los demás, sin sentirse indispensables; serán permanentemente fuente de alegría.
Dichosos los que sepan mirar seriamente las cosas pequeñas y tranquilamente, las cosa importantes; llegarán lejos en esta vida.
Dichosos los que sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire; su camino estará lleno de sol.
Dichosos los que sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aun con las apariencias; serán tomados por ingenuos, pero es el precio justo de la caridad.
Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar; evitarán muchas tonterías.
Dichosos, sobre todo, los que sepan reconocer a Dios en todo lo que se encuentran; lograrán la luz de la sabiduría.
TOMÁS MORO
Dichosos los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscar excusas; llegarán a ser sabios.
Dichosos los que saben escuchar y callar; todos los días aprenderán cosas nuevas.
Dichosos los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio; serán valorados.
Dichosos los que están atentos a las urgencias de los demás, sin sentirse indispensables; serán permanentemente fuente de alegría.
Dichosos los que sepan mirar seriamente las cosas pequeñas y tranquilamente, las cosa importantes; llegarán lejos en esta vida.
Dichosos los que sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire; su camino estará lleno de sol.
Dichosos los que sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aun con las apariencias; serán tomados por ingenuos, pero es el precio justo de la caridad.
Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar; evitarán muchas tonterías.
Dichosos, sobre todo, los que sepan reconocer a Dios en todo lo que se encuentran; lograrán la luz de la sabiduría.
TOMÁS MORO
miércoles, 20 de junio de 2012
PROPÓSITO
La vida se construye en un diálogo entre el azar y nuestra responsabilidad.
Entre uno y lo otro existe la capacidad de ir desarrollando la lucided necesaria para saber a dónde podemos llegar, paso a paso, trabajando y esforzándonos en aprender y hacer crecer nuestra capacidad de comprender, amar y actuar. Quizás lo importante es no dejar de hacerse preguntas y de sembrar cada día, semillas de posibilidades, crear nuevas circunstancias y prepararnos para cuando florezca la oportunidad que nos abra las puertas hacía una nueva realidad. La buena suerte quizás es simplemente la combinación de la preparación y la oportunidad.
La primera depende de nosotros y la segunda no tanto y en esa preparación para el juego de la vida, el propósito entendido como voluntad y entrega para que un anhelo se haga realidad, tiene un papel esencial.
Entre uno y lo otro existe la capacidad de ir desarrollando la lucided necesaria para saber a dónde podemos llegar, paso a paso, trabajando y esforzándonos en aprender y hacer crecer nuestra capacidad de comprender, amar y actuar. Quizás lo importante es no dejar de hacerse preguntas y de sembrar cada día, semillas de posibilidades, crear nuevas circunstancias y prepararnos para cuando florezca la oportunidad que nos abra las puertas hacía una nueva realidad. La buena suerte quizás es simplemente la combinación de la preparación y la oportunidad.
La primera depende de nosotros y la segunda no tanto y en esa preparación para el juego de la vida, el propósito entendido como voluntad y entrega para que un anhelo se haga realidad, tiene un papel esencial.
martes, 19 de junio de 2012
LA PAZ DEL YOGUI
Cual la inmóvil llama de una lámpara al resguardo del viento, así refulge y se eleva hacía el cielo la mente del yogui, protegida de las tormentas de los sentidos.
Cuando, plácida, la mente cavila, en santa recolección;
cuando el Ser contempla al ser y halla en sí sosiego;
cuando el gozo sin nombre que trasciende los sentidos se revela al alma y, conociendolo, la fidelidad a la verdad suprema ya no vacila;
cuando, aferrándose a aquello como a un tesoro incomparable, y refugiándose en ello, se vuelve el ser imperturbable e inconmovible, incluso ante la aflicción más terrible:
el estado así alcanzado llámase "paz".
Yoga se llama ese gozoso desapego;
¡y es un yogui perfecto aquél que lo experimenta!
Bhagavad Gita IV: 19-23
Cuando, plácida, la mente cavila, en santa recolección;
cuando el Ser contempla al ser y halla en sí sosiego;
cuando el gozo sin nombre que trasciende los sentidos se revela al alma y, conociendolo, la fidelidad a la verdad suprema ya no vacila;
cuando, aferrándose a aquello como a un tesoro incomparable, y refugiándose en ello, se vuelve el ser imperturbable e inconmovible, incluso ante la aflicción más terrible:
el estado así alcanzado llámase "paz".
Yoga se llama ese gozoso desapego;
¡y es un yogui perfecto aquél que lo experimenta!
Bhagavad Gita IV: 19-23
lunes, 18 de junio de 2012
APRENDIENDO A LEER
Lizzetta una niña de seis años, vivía con sus papás en el campo en una aldea a unos ocho km. de la ciudad. En la aldea estaba ella sola de niños, por lo que se pasaba el día jugando con amigos invisibles que se inventaba, otras veces observaba a su madre como hacía los quehaceres diarios.
La niña no iba al colegio porque el transporte escolar no existía y sus padres no tenían medios para dejarla en la ciudad.
Para que empezase a leer, su madre le compro la "primera cartilla". Todas las tardes la mamá le tomaba la lección a Lizzetta.
-La m con la a ma, la t con la o to.
Así juntando sílabas y después palabras, la niña aprendía rápido.
Por ese tiempo los papás de Lizzetta tenían desavenencias y por ello discutían y se enfadaban muy a menudo.
Todo eso repercutía en la niña a la hora de tomarle la lección, si ésta se equivocaba en una letra su mamá le reprendía y le regañaba. Lizzetta comprovaba que aquello ocurría cuando sus papás habían discutido. Este ambiente no le gustaba, por tanto guardo la cartilla donde nadie la encontró.
-¡Lizzetta! ¿Dónde has metido la cartilla?- Así no aprenderas núnca a leer. Esto se lo decía su madre.
Aquellas dicusiones de sus padres duraron un año, justo el tiempo que permaneció la cartilla oculta.
Un día la niña saco la cartilla y se puso a leer, parecía que en todo ese tiempo hubiese estado practicando con la lectura. Se sabía todas las letras y no se le había olvidado ninguna palabra.
Enseguida le compraron otra cartilla y otra... Aprendió a escribir, a sumar y restar.
Cuando Lizzetta tenía nueve años fue por primera vez al colegio.
La maestra puso a la niña en una mesa sola y le dijo:
-Vamos a ver lo que sabes hacer.
Le puso una frase y la niña la copio rápido y bien.
-¿Sabes hacer números?
-Sí. Dijo la niña tímidamente
-Escribe del uno al cien.
Enseguida Lizzeta los tuvo hechos.
-Muy bien, ahora los vas a hacer de dos en dos pero del cien al uno.
En un ratito la niña los tenía terminados.
-¿Sabes hacer sumas?
La niña dijo sí, moviendo afirmativamente la cabeza.
-¿ Y restas?
Lizzetta siguio moviendo la cabeza afirmativamente.
Esa tarde cuando la niña volvió al colegio, la maestra le dijo
-Ven conmigo, que vas a estar en otra clase.
La niña la siguió, fueron por un pasillo oscuro con olor a humedad, llegaron a una clase donde había niñas de la misma edad que Lizzetta.
La nueva maestra le dio una lista con los libros y cuadernos que tenía que llevar a clase.
Uno de los libros era el primer grado de la emciclopedia Álvarez.
La primera lección que Lizzetta tuvo que dar de memoria fue de geometría "el pentágono"
Como la niña era estudiosa y tenía memoria, enseguida fue pasando puestos. En esos años la maestra ponía a las niñas en círculo, le preguntaba a la primera, si ésta no se lo sabía le preguntaba a la segunda, si contestaba bien pasaba a la primera niña. Lizzeta no tardo en coger el primer puesto y se mantuvo en él casi todo el curso, hasta que una lección de historia, que no pudo estudiar bien, la relego a un segundo puesto.
Con once años Lizzetta hizo el examen para pasar al instituto, donde entoces se estudiaba bachiller elemental y luego quinto y revalida, que daba acceso a la universidad.
Lizzetta siempre estuvo muy orgullosa de aquel examen.
Cuando llego a clase la maestra había separado los pupitres, eso le gusto, asi las otras niñas no estarian haciendo preguntas.
A los pocos días, dio la maestra las notas del examen.
Nota final 9`75 ¡Maravilloso! ¡Maravilloso!
La niña no iba al colegio porque el transporte escolar no existía y sus padres no tenían medios para dejarla en la ciudad.
Para que empezase a leer, su madre le compro la "primera cartilla". Todas las tardes la mamá le tomaba la lección a Lizzetta.
-La m con la a ma, la t con la o to.
Así juntando sílabas y después palabras, la niña aprendía rápido.
Por ese tiempo los papás de Lizzetta tenían desavenencias y por ello discutían y se enfadaban muy a menudo.
Todo eso repercutía en la niña a la hora de tomarle la lección, si ésta se equivocaba en una letra su mamá le reprendía y le regañaba. Lizzetta comprovaba que aquello ocurría cuando sus papás habían discutido. Este ambiente no le gustaba, por tanto guardo la cartilla donde nadie la encontró.
-¡Lizzetta! ¿Dónde has metido la cartilla?- Así no aprenderas núnca a leer. Esto se lo decía su madre.
Aquellas dicusiones de sus padres duraron un año, justo el tiempo que permaneció la cartilla oculta.
Un día la niña saco la cartilla y se puso a leer, parecía que en todo ese tiempo hubiese estado practicando con la lectura. Se sabía todas las letras y no se le había olvidado ninguna palabra.
Enseguida le compraron otra cartilla y otra... Aprendió a escribir, a sumar y restar.
Cuando Lizzetta tenía nueve años fue por primera vez al colegio.
La maestra puso a la niña en una mesa sola y le dijo:
-Vamos a ver lo que sabes hacer.
Le puso una frase y la niña la copio rápido y bien.
-¿Sabes hacer números?
-Sí. Dijo la niña tímidamente
-Escribe del uno al cien.
Enseguida Lizzeta los tuvo hechos.
-Muy bien, ahora los vas a hacer de dos en dos pero del cien al uno.
En un ratito la niña los tenía terminados.
-¿Sabes hacer sumas?
La niña dijo sí, moviendo afirmativamente la cabeza.
-¿ Y restas?
Lizzetta siguio moviendo la cabeza afirmativamente.
Esa tarde cuando la niña volvió al colegio, la maestra le dijo
-Ven conmigo, que vas a estar en otra clase.
La niña la siguió, fueron por un pasillo oscuro con olor a humedad, llegaron a una clase donde había niñas de la misma edad que Lizzetta.
La nueva maestra le dio una lista con los libros y cuadernos que tenía que llevar a clase.
Uno de los libros era el primer grado de la emciclopedia Álvarez.
La primera lección que Lizzetta tuvo que dar de memoria fue de geometría "el pentágono"
Como la niña era estudiosa y tenía memoria, enseguida fue pasando puestos. En esos años la maestra ponía a las niñas en círculo, le preguntaba a la primera, si ésta no se lo sabía le preguntaba a la segunda, si contestaba bien pasaba a la primera niña. Lizzeta no tardo en coger el primer puesto y se mantuvo en él casi todo el curso, hasta que una lección de historia, que no pudo estudiar bien, la relego a un segundo puesto.
Con once años Lizzetta hizo el examen para pasar al instituto, donde entoces se estudiaba bachiller elemental y luego quinto y revalida, que daba acceso a la universidad.
Lizzetta siempre estuvo muy orgullosa de aquel examen.
Cuando llego a clase la maestra había separado los pupitres, eso le gusto, asi las otras niñas no estarian haciendo preguntas.
A los pocos días, dio la maestra las notas del examen.
Nota final 9`75 ¡Maravilloso! ¡Maravilloso!
jueves, 14 de junio de 2012
CARTA
Éste es un fragmento de la carta que el jefe indio Seattle, envió en 1855 al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce.
Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Más, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.
Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Más, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.
miércoles, 13 de junio de 2012
EL RELOJ
En una tarde de invierno, Marila cuentas las monedas que tiene su pequeña hucha y ¡fantastico! ya tiene el dinero suficiente para comprarse un reloj de juguete que lleva varios días viendo en el kiosco de la plaza.
La niña no lo piensa, toma el dinero y va corriendo al kiosco donde esta el reloj de su vida.
De vuelta a casa Marila va contenta y feliz, lleva en su muñeca puesto el maravilloso reloj. No hace más que mirarlo, y ponerlo en hora con una ruedecita que lleva, coloca las agujas en las doce y cuarto o en la una y veinte, así sucesivamente porque van fijas. La correa es de plástico color naranja.
Marila esta feliz y se pasa toda la tarde jugando a poner el reloj en hora y mirando la hora que es, la niña sólo tiene siete años pero sabe y entiende cómo funciona un reloj de los de verdad.
La mamá de Marila llama a ésta para cenar. Durante un rato la niña se olvida del reloj. Después de la cena todos se sientan al rededor de la estufa, están los abuelos, su mamá y Marila. De pronto la niña se acuerda de su reloj, va a mirarlo y ¡oh! su reloj no está, lo busca por la muñeca por el brazo, mira en el suelo y nada su reloj se ha perdido, una inmensa tristeza se apodera de la niña que rompe a llorar desconsoladamente, su mamá se asusta.
-¿Qué te pasa? Marila ¿por qué lloras?
La niña no dice nada y sigue llorando. La abuela pregunta:
¿Te duele algo?
La niña sigue llorando y sin decir nada. Cuando pasa un rato y la niña no para de llorar, la abuela dice:
-Venga, vámonos a acostar, a ver si así deja de llorar.
De una, la niña deja de llorar y sonríe y es que se ha vuelto a palpar el brazo y ¡milagro! allí estaba su reloj, a lo largo por encima del codo.
Feliz, Marila se fue a dormir y su familia jamás supo el porqué de aquel llanto.
La niña no lo piensa, toma el dinero y va corriendo al kiosco donde esta el reloj de su vida.
De vuelta a casa Marila va contenta y feliz, lleva en su muñeca puesto el maravilloso reloj. No hace más que mirarlo, y ponerlo en hora con una ruedecita que lleva, coloca las agujas en las doce y cuarto o en la una y veinte, así sucesivamente porque van fijas. La correa es de plástico color naranja.
Marila esta feliz y se pasa toda la tarde jugando a poner el reloj en hora y mirando la hora que es, la niña sólo tiene siete años pero sabe y entiende cómo funciona un reloj de los de verdad.
La mamá de Marila llama a ésta para cenar. Durante un rato la niña se olvida del reloj. Después de la cena todos se sientan al rededor de la estufa, están los abuelos, su mamá y Marila. De pronto la niña se acuerda de su reloj, va a mirarlo y ¡oh! su reloj no está, lo busca por la muñeca por el brazo, mira en el suelo y nada su reloj se ha perdido, una inmensa tristeza se apodera de la niña que rompe a llorar desconsoladamente, su mamá se asusta.
-¿Qué te pasa? Marila ¿por qué lloras?
La niña no dice nada y sigue llorando. La abuela pregunta:
¿Te duele algo?
La niña sigue llorando y sin decir nada. Cuando pasa un rato y la niña no para de llorar, la abuela dice:
-Venga, vámonos a acostar, a ver si así deja de llorar.
De una, la niña deja de llorar y sonríe y es que se ha vuelto a palpar el brazo y ¡milagro! allí estaba su reloj, a lo largo por encima del codo.
Feliz, Marila se fue a dormir y su familia jamás supo el porqué de aquel llanto.
martes, 12 de junio de 2012
LA ALCOBA
Cuando fallecen tus padres y entras por primera vez en la casa que fue la de ellos, es duro a pesar del tiempo transcurrido, tocar y sentir aquello que se hizo con tanto trabajo y sacrificio, te vienen a la mente tantos recuerdos y frases que parece las estés escuchando en ese mismo instante, y se te hace un nudo en la garganta.
Mi madre como mujer tenía más apego por sus muebles " su alcoba", cuanto me acuerdo de eso, siempre cuidando de su alcoba y ¿ahora para qué?...
Porqué guardamos como pequeños tesoros tantos objetos inertes que aunque no estén carentes de significado, son inútiles.
Hace años, cuando se repartían los enseres de una herencia, la gente estaba contenta si les tocaba una cama o una silla, porque aunque fuesen viejas, eran a veces mejores que las que tenían en casa. Pero ahora, que por mucha crisis todos tenemos las casas y pisos amueblados con todo lo necesario, ¿qué vamos hacer con los muebles de los abuelos?
Todo esto me hace pensar aún más, en la inutilidad de los apegos... desnudos venimos y desnudos nos vamos, pero seguimos empeñados en acumular más y más cosas.
Mi madre como mujer tenía más apego por sus muebles " su alcoba", cuanto me acuerdo de eso, siempre cuidando de su alcoba y ¿ahora para qué?...
Porqué guardamos como pequeños tesoros tantos objetos inertes que aunque no estén carentes de significado, son inútiles.
Hace años, cuando se repartían los enseres de una herencia, la gente estaba contenta si les tocaba una cama o una silla, porque aunque fuesen viejas, eran a veces mejores que las que tenían en casa. Pero ahora, que por mucha crisis todos tenemos las casas y pisos amueblados con todo lo necesario, ¿qué vamos hacer con los muebles de los abuelos?
Todo esto me hace pensar aún más, en la inutilidad de los apegos... desnudos venimos y desnudos nos vamos, pero seguimos empeñados en acumular más y más cosas.
lunes, 11 de junio de 2012
NACE UNA VOCACIÓN
Bertha, una niña vivaz e inquieta, viaja junto a su mamá a la ciudad para cuidar a su abuelito durante una temporada.
La casa del abuelo la impresiona, es una casa grande, las habitaciones son amplias y los techos están muy altos.
La habitación de estar es muy sobria, (como el resto de la casa) Tiene una gran chimenea en frente de la puerta, a la derecha se sienta el abuelo en su gran silla con brazos, a la izquierda hay un aparador donde se guarda la vajilla, una mesa pagada a una pared y las sillas también estan pegadas y repartidas por las demás paredes. La sala está iluminada por una enorme ventana que queda a la derecha de la puerta. A Bertha todo le parece muy grande, pues su casita es pequeña y tiene pocas habitaciones.
A parte de todo esto, la sala tiene algo que a Bertha le llama la atención y le encanta desde el primer momento, son unos cuadros colgados en las paredes. La niña se sube a las sillas para poder verlos de más cerca, contienen una gran variedad de frutas, uvas, manzanas, naranjas, peras, higos..., Bertha no se cansa de mirarlos, baja de una silla y sube a otra, estos cuadros la hipnotizan y le despiertan la pasión y vocación por la pintura, ella quiere pintar cuadros como los que tiene su abuelito.
Bertha sólo tiene seis años, pero esa inquietud y afición por la pintura, ya no la abandonaría jamás.
La casa del abuelo la impresiona, es una casa grande, las habitaciones son amplias y los techos están muy altos.
La habitación de estar es muy sobria, (como el resto de la casa) Tiene una gran chimenea en frente de la puerta, a la derecha se sienta el abuelo en su gran silla con brazos, a la izquierda hay un aparador donde se guarda la vajilla, una mesa pagada a una pared y las sillas también estan pegadas y repartidas por las demás paredes. La sala está iluminada por una enorme ventana que queda a la derecha de la puerta. A Bertha todo le parece muy grande, pues su casita es pequeña y tiene pocas habitaciones.
A parte de todo esto, la sala tiene algo que a Bertha le llama la atención y le encanta desde el primer momento, son unos cuadros colgados en las paredes. La niña se sube a las sillas para poder verlos de más cerca, contienen una gran variedad de frutas, uvas, manzanas, naranjas, peras, higos..., Bertha no se cansa de mirarlos, baja de una silla y sube a otra, estos cuadros la hipnotizan y le despiertan la pasión y vocación por la pintura, ella quiere pintar cuadros como los que tiene su abuelito.
Bertha sólo tiene seis años, pero esa inquietud y afición por la pintura, ya no la abandonaría jamás.
miércoles, 6 de junio de 2012
AMIGOS
Muchas veces al hablar con alguien de un conocido decimos, "es mi amigo", "claro que lo conozco, si es amigo mío". Decimos es mi amigo con una enorme facilidad. La verdad es que no tenemos tantos amigos, pueden ser conocidos, compañeros e incluso podemos salir a pasear o de fiesta con ellos, pero eso no los convierte en amigos.
Los amigos de verdad, los podemos contar con los dedos de una mano y nos sobraran bastantes dedos.
Un amigo es el que nos escucha, cuando le contamos algún acontecimiento de nuestra vida y él jamás nos traicionara.
Es el que nos tiende su mano antes que nosotros sepamos que la necesitamos.
Cuando la amistad es recíproca entre dos personas, es maravilloso, es un tesoro único que hay que cuidarlo.
El ser amigo de alguien se siente dentro del corazón. Hay veces que notamos como una persona nos aprecia y siente que es nuestro amigo y en cambio nosotros no podemos responder con el mismo sentimiento.
Los amigos no tienen edad, sexo, color, rico, pobre, bello, feo..., podemos ser amigos de una persona mayor, de un chico o chica, de un hermano, de un padre de un hijo... la amistad no tiene límites.
Si en una pareja hay amistad eso es fantástico para que la relación sea sólida y duradera. Podemos contarle a nuestra pareja cualquier cosa, qué quizás si sólo fuese marido, mujer, novio, novia..., no se lo contaríamos, pero si aparte de ser nuestra pareja sentimental, es también nuestro amigo o amiga, la cosa cambia y mucho.
Hay matrimonios o parejas que llevan muchos años juntos y no son amigos, son solamente eso matrimonio.
Los amigos de verdad, los podemos contar con los dedos de una mano y nos sobraran bastantes dedos.
Un amigo es el que nos escucha, cuando le contamos algún acontecimiento de nuestra vida y él jamás nos traicionara.
Es el que nos tiende su mano antes que nosotros sepamos que la necesitamos.
Cuando la amistad es recíproca entre dos personas, es maravilloso, es un tesoro único que hay que cuidarlo.
El ser amigo de alguien se siente dentro del corazón. Hay veces que notamos como una persona nos aprecia y siente que es nuestro amigo y en cambio nosotros no podemos responder con el mismo sentimiento.
Los amigos no tienen edad, sexo, color, rico, pobre, bello, feo..., podemos ser amigos de una persona mayor, de un chico o chica, de un hermano, de un padre de un hijo... la amistad no tiene límites.
Si en una pareja hay amistad eso es fantástico para que la relación sea sólida y duradera. Podemos contarle a nuestra pareja cualquier cosa, qué quizás si sólo fuese marido, mujer, novio, novia..., no se lo contaríamos, pero si aparte de ser nuestra pareja sentimental, es también nuestro amigo o amiga, la cosa cambia y mucho.
Hay matrimonios o parejas que llevan muchos años juntos y no son amigos, son solamente eso matrimonio.
martes, 5 de junio de 2012
TORMENTAS
Las tormentas pueden ser, externas e internas. Las externas son provocadas por la naturaleza y su origen es atmosférico, nada podemos hacer, sólo resguardarnos de sus inclemencias.
En cambio las internas, son diferentes los caminos que nos llevan a ellas.
Las tormenta interna que se desata dentro de nosotros no tiene porqué venir del enfado, puede provenir de la frustración, de la tristeza, de la impotencia..., de múltiples sentimientos.
Si eres consciente, que la tormenta existe dentro de ti, acéptala porque es algo natural y obsérvala y analízala, para saber de donde proceden sus orígenes y así con ello poder convertirla en una leve y agradable lluvia, porque también se puede disfrutar de los días lluviosos. Y saber que todo pasa, por muy negras y espesas que sean las nubes, el sol volverá a brillar.
En cambio las internas, son diferentes los caminos que nos llevan a ellas.
Las tormenta interna que se desata dentro de nosotros no tiene porqué venir del enfado, puede provenir de la frustración, de la tristeza, de la impotencia..., de múltiples sentimientos.
Si eres consciente, que la tormenta existe dentro de ti, acéptala porque es algo natural y obsérvala y analízala, para saber de donde proceden sus orígenes y así con ello poder convertirla en una leve y agradable lluvia, porque también se puede disfrutar de los días lluviosos. Y saber que todo pasa, por muy negras y espesas que sean las nubes, el sol volverá a brillar.
lunes, 4 de junio de 2012
PUENTES
Los puentes ayudan a sortear obstáculos y unir ilusiones.
A veces dejamos que los enfados y malentendidos nos alejen de las personas que queremos y nos importan, muchas veces dejamos que el orgullo se anteponga a los sentimientos que de verdad sentimos.
No hay que permitir que esto suceda en nuestras vidas.
Hay que construir un hermoso puente, para aprender a perdonar y valorar lo que tenemos. El perdonar no cambia el pasado pero si el futuro. No hay que guardar rencores ni sentimientos de amargura que sólo nos lastiman y alejan de nuestra paz interior y también de las personas que nos quieren.
Tenemos que aprender a ser felices y disfrutar de las maravillas que el universo pone a nuestra disposición. Él nos cuida y protege dándonos lo que necesitamos.
Así que, a construir puentes de paz, amistad, armonía y amor..., que nos ayudarán a ser felices.
A veces dejamos que los enfados y malentendidos nos alejen de las personas que queremos y nos importan, muchas veces dejamos que el orgullo se anteponga a los sentimientos que de verdad sentimos.
No hay que permitir que esto suceda en nuestras vidas.
Hay que construir un hermoso puente, para aprender a perdonar y valorar lo que tenemos. El perdonar no cambia el pasado pero si el futuro. No hay que guardar rencores ni sentimientos de amargura que sólo nos lastiman y alejan de nuestra paz interior y también de las personas que nos quieren.
Tenemos que aprender a ser felices y disfrutar de las maravillas que el universo pone a nuestra disposición. Él nos cuida y protege dándonos lo que necesitamos.
Así que, a construir puentes de paz, amistad, armonía y amor..., que nos ayudarán a ser felices.
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