Lo que tengo ahora es calma, y me costó muchas tormentas
encontrarla. Porque a veces, no basta con pasar de página o cambiar de libro,
la auténtica sabiduría está en reinterpretar lo que ya está escrito y entender
además que cuando hay calma en tu interior, la adversidad solo es parte del
paisaje.
Todos hemos vivido momentos caóticos, días complicados y
hasta etapas existenciales verdaderamente difíciles. A pesar de que la mente
nos demande calma y sosiego, nuestro cerebro está inmerso en otro tipo de
discurso. La activación neuroquímica propiciada por el estrés y la ansiedad nos
aleja de ese punto de sutil equilibrio. Somos incapaces de encontrar esa
sintonía con la cual, situarnos por encima de las presiones del entorno.
Hay un aspecto que conviene dejar claro. Cuando hablamos de
calma no hablamos de rendición. La persona que opta por adquirir una actitud
calmada y tranquila hacia las dificultades de la vida no se está «dejando
llevar». Al contrario, se trata de encontrar esa armonía interior donde los
pensamientos, deseos y capacidades
logran actuar en congruencia y con sabiduría.
Hola Ana.. Dicen que después de la tormenta viene la calma, y menos mal que así es, pero hay tormentas que necesitan tiempo para recuperase, y la calma es necesaria, rodearse de aquellos elementos que nos proporcionen esa calma duradera es necesario..
ResponderEliminarTu que eres experta en Buda, creo que fue el quien dijo .. La persona que crece interiormente, es aquella que observa su mente y disfruta del presente.
Un abrazo..
Si,si, puedes ser experta en Buda y saberte toda la teoría, pero cuando la tormenta te pilla desprevenid@, te arrastra y te voltea y para cuando puedes volver a poner los pies en el suelo y recomponerte, pasa su tiempo. Lo importante es que la calma vuelva. Un abrazo Llorenç
EliminarHola Ana cielo lo que dices es muy cierto, la vida, las circunstancias nos hacen caer empicado, hay que esperar que el tiempo pase y poder sentir esa paz que se necesita, feliz día besitossss
ResponderEliminarHola embrujo, si el tiempo pones las cosas en su sitio y devuelve la calma. Un abrazo
EliminarEl párrafo final es el que necesitamos como máxima para encontrar la calma, lo has expuesto muy bien. Abrazucos
ResponderEliminarSi, podemos acudir a muchos recursos para obtener la calma, uno primordial es la meditación, pero también depende de la magnitud de la tormenta. Un abrazo
EliminarSi, Ana...Esa armonía interior es muy importante para nuestro equilibrio y crecimiento interior.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu profundidad.
Muchas gracias M Jesús. La quietud y la armonía son imprescindibles para lograr nuestro equilibrio interior. Un abrazo
EliminarA eso debemos llegar, Ana, a tener la calma suficiente para actuar con sabiduría.Creo que es una buena meta para alcanzar. Un beso.
ResponderEliminarSi Rita, yo me creía que había conseguido dicha calma, pero dependiendo de la fuerza del viento, te puede vapulear y arrancartela en un pis-pas. Un abrazo
EliminarCalma, ..., algo que intento conseguir en el día a día y que jamás consigo sentirla cuanto más la necesito.
ResponderEliminar¡Qué buena y estupenda reflexión!
Saludos.
Hola Rosa Mª, calma, calma, la calma es un bien muy preciado y si, si se intenta se consigue, pero lo bueno sería mantenerla en todo momento y eso es ya un poco más difícil. Un abrazo
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