Los Lamas de Tíbet nos dicen: "Hay personas muy
orgullosas, que aparentan ser muy sabias, pero cuando las "rascas" no
encuentras nada.
Existen otras que sin embargo son humildes, saben escuchar,
no dicen gran cosa, pero cuando las "rascas" te das cuenta de que
aparecen maravillas y cuanto más "rascas" más "cosas"
encuentras..."
Hay personas que solo son fachada, personas orgullosas y que
aparentan gran sabiduría sobre cualquier tema. Están dispuestas a explicar
y aportar sus opiniones sobre cualquier
tema. Son altivos y tratan a los demás con suficiencia, jamás escuchan, solo
hablan.
Cuando hablan jamás dicen nada profundo, solo son fachada,
como un edificio que solo contiene lo externo, pero que cuando te introduces en
él solo encuentras puntos débiles, deficiencias de "construcción" un
lugar inseguro, inhóspito y poco acogedor.
En cambio encuentras otro tipo de personas que son poco
habladoras. Son pacíficas y saben escuchar, sonríen con facilidad y cuando te
encuentras con ellas están dispuestas a servirte, a ayudarte en cualquier
situación que se produzca en tus vidas. Siempre hallan una palabra amable, un
gesto de complicidad. Cuando hablan se expresan con claridad y buscan
soluciones, caminos comunes por los que transitar juntos, saben abrazar y
también aceptan tus muestras de cariño hacia ellas. Jamás dan nada por sentado
y se sorprenden, se emocionan con cualquier acto amoroso, con la sencillez de
la naturaleza y comparten su felicidad con todo el mundo. Jamás hacen juicios
ni les gusta la charlatanería, los comentarios negativos sobre otras personas o
situaciones. Miran de frente a la vida con optimismo y comparten su cálida
energía con los demás.
Los del primer grupo, los orgullosos los suelen denominar
"tontos" ellos en cambio, les suelen mirar con Compasión infinita y
esperan que al fin despierten... cuanto más conoces a los de uno y otro grupo
más comprendes la dualidad del mundo.
Algunos despiertan y esperan de modo activo y pacífico a que
el resto lo haga, con Amor y Compasión, en busca de la Unicidad, alejándose de
la suficiencia.
Como la vida misma, asi es el ser humano.
ResponderEliminarUn beso.
No estoy en ninguno de esos dos grupos, no soy orgullosa así que nada que rascar, pero tampoco pertenezco al segundo, puedo ser amable, saber escuchar pero de ahí a ayudar con mis palabras va un abismo. Normalita del montón, mi suegra diria si hija del montón pero de las de alante jeje . Un abrazo
ResponderEliminarBonita reflexión, Ana.
ResponderEliminarBesos
Hola Ana.. Mi abuelita decia siempre "De todo hay en la viña del señor"..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tiene que haber de todo por estos lares...Todos somos uno pero no iguales.
ResponderEliminarPara reflexionar.
Feliz noche Ana😘😘😇
Hola Ana, hay gente para todo, orgulloso, prepotente, estupida........ y el mayor desprecio, es no hacer aprecio. no vale la pena tenerlos encuenta, caen como fruta madura
ResponderEliminarbesos
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aprendamos cada día hacer auténticos, difícil tarea en este mar de vanidades
avanzar y crecer nunc aha sido fácil