“Si eres minusválido físico, recuerda bien que en el fondo
de nosotros mismos todos somos semejantes. Incluso si no puedes utilizar algún
sentido, tu espíritu funciona como el de los demás. No te desanimes, encuentra
en ti mismo tu propia seguridad. Eres un ser humano, capaz de hacer algo en tu
vida.
Un día visité una escuela de mudos. A primera vista,
aquellos niños eran incapaces de comunicarse con nosotros. Pero en realidad,
utilizaban otros medios y podían estudiar tan bien como cualquiera. Hoy en día,
también los ciegos pueden leer y escribir con ayuda de la tecnología. Algunos
son incluso escritores.
Vi en la televisión india un hombre sin brazos que escribía
con los pies. No iba muy deprisa, pero tenía muy buena letra.
Ocurra lo que ocurra, no te desanimes nunca. El que se
repite: “Lo conseguiré” alcanzará sus objetivos. Si piensas: “Esto no es
posible” entonces fracasarás. Como dice el proverbio tibetano: “No se sale de la
miseria perdiendo el ánimo.” Lo que yo digo no concierne evidentemente a
aquellos cuyo cerebro se encuentra dañado
y que son incapaces de razonar con normalidad.
Cuando un niño nace con alguna minusvalía, no hay que decir
que el padre, la madre y a menudo el resto de la familia conocen momentos de
tristeza, inquietud o desesperación. Sin embargo, contemplándolo desde un
ángulo diferente, cuidar de los demás es una fuente de felicidad y de
satisfacción. En los textos budistas podemos leer que hay que amar primero a
aquellos que sufren y no se pueden defender. Cuando más les ayudemos, mayor
será la satisfacción profunda y real de sentirse útil.
Por regla general, socorrer a los demás es la mejor de las
actividades. Si sucede que en tu propia casa, justo a tu lado alguien se
encuentra completamente necesitado de tu
ayuda, sin defensa, aquejado de una minusvalía irremediable, piensa que se te
presenta una ocasión única y ponte al servicio de ese ser humano con alegría.
Harás algo excelente.
Si consideras como una obligación molesta, tu acción será
incompleta y crearás de manera absurda una dificultad que no tenía razón de
ser.”
DALAI
LAMA
Estupendo texto. Está comprobado que lo que hacemos obligados, casi nunca nos trae bienestar emocional. El cuidar a los demás, si no lo hacemos de corazón, siempre repercutirá negativamente en nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarCuidar a otros es algo que se puede disfrutar si se hace de corazón. Un beso.
ResponderEliminarDein Text gefällt mir sehr gut. Es wäre schön wenn alle Menschen nicht so gedankenlos mit körperlich benachteiligten Menschen umgehen würden und es als eine Chance sehen, ihnen zu helfen.
ResponderEliminar♥ Grüße, Anja
Ajascha Du hast Recht, es gibt Leute, die nicht nehmen gute Pflege der anderen. Setzen Sie stets die Liebe zu dem, was wir tun. Eine Umarmung
ResponderEliminarSusana, cuidar a otros con amor y respeto, es lo mejor, te lo puedo asegurar. Un abrazo
ResponderEliminarCuando hacemos las cosas por obligación no es lo mismo que cuando las hacemos por y con amor.LUZDEMAR hay que hacer las cosas como tu dices, desde el corazón. Besos
ResponderEliminarHAY QUE SER UNA PERSONA ESPECIAL PARA CUIDAR A OTROS, EN TODOS LOS ORDENES PORQUE NO ES FÁCIL.
ResponderEliminarEL AMOR ES IMPORTANTE, EL AMOR MOVILIZA...
UN BESO GRANDE.
¡Hermoso escrito! Ana, cuanta enseñanza nos deja (gracias)
ResponderEliminarBesos
Dear Ana:) Thank you for this lovely post! The whole world should read this:) My deepest respect for all the people who never give up!xx
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