-Maestro cuando me enfado con alguien pierdo todo el respeto
y el cariño. A veces me gustaría no volver a ver a esa persona.
¿Cuál es el sentido de que los sentimientos se cambien con
tanta intensidad?
-¿Con quién te has enfadado?
¿Con tu amigo, con su boca que ha pronunciado palabras que
has considerado ofensivas, con el dedo que te señalaba?
-No lo sé Maestro. Supongo que con todo él...
-Tal vez te hayas enfadado con las palabras, porque con su
Ser Divino no lo habrás hecho, pues su Ser es perfecto.
¿Acaso has olvidado todas las cosas buenas que has vivido
con tu amigo, cómo te atendió cuando estabas enfermo. Y cuando pasaste apuros
económicos te ayudó de modo generoso?
-Tiene razón Maestro, como siempre. Solo he puesto en la balanza
un mal momento, y he estado a punto de olvidar todas las experiencias buenas
por mi mal carácter.
Tal vez he sido demasiado egocéntrico.
-Tal vez hijo mío, tal vez...
Ser humilde y pedir perdón será tu Enseñanza.
Leafar Savir de “Conversaciones con el Maestro”
Es fácil enfadarse en un momento dado, intentar sacar la relación a flote no cuesta nada, solo hay que pedir perdón sinceramente.
ResponderEliminarUn beso.
Todos, yo por lo menos, me enfado a veces, si es con alguien cercano la cosa no va a mayores. Abrazos
ResponderEliminarHay que tener la humidad de disculparse de corazón
ResponderEliminarHay que saber pedir perdón, disculparse de forma creíble, sin ser ambiguos ni pretender repartir las culpas entre ambos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuánto nos falta la humildad en nuestros actos, y nos decimos humanos. Muy buena lección. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ana.. !Uf! yo cada año que pasa, necesito una pastilla de mas, y un enfado de menos, así que procuro tomarlo con tranquilidad, aunque no siempre se consigue..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena enseñanza.
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