El viaje interior, no es un juego, no es un lujo, no es un pasatiempo. Es una
necesidad específica del ser humano. Me refiero al viaje interior, al encuentro
con uno mismo, al intento para convertirse en lo que uno es y no en lo que las
descripciones de los demás quieren que seamos. Es el viaje hacia el centro, al
núcleo del núcleo, a la esencia. Es el viaje del retorno, la vuelta al hogar,
la exploración de uno mismo para descubrirse, saberse, reconocerse. De otro
modo estamos tan hipnotizados por todo lo exterior que nos vamos
irremediablemente alienando, viviendo de acuerdo a los deseos y viejos patrones
de los otros, centrifugándonos de tal modo que nos disociamos gravemente y
enfermamos de ansiedad, depresión, rabia, honda insatisfacción y amargura. Hay
que recobrarse a uno mismo, emprender la recuperación del propio centro, para
convertirlo en una fortaleza inexpugnable y ser uno mismo más allá de la imagen,
la autoimagen, las apariencias y las fruslerías. Este viaje tenemos que
convertirlo en un propósito inquebrantable, en una inspiradora meta. Estamos
tanto en lo demás que no sabemos estar en nosotros mismos.
Mediante al viaje interior, vamos ganando en
autoconocimiento y paz interior. No hay nada que pague un instante de paz, como
dicen los yoguis. Para ello hay que saber escucharse y adentrarse en uno mismo.
En el exterior está la diversión y el entretenimiento, pero la quietud solo
puede hallarse en uno mismo. Si estamos tanto en lo otro (otreidad) que ya no
sabemos estar en nosotros mismos (mismidad), somos un Ulises dando vueltas de
aquí para allá sin atinar a recuperar su hogar. La meditación es la vuelta al
hogar interior. Detenerse para ser. Sustraerse unos minutos a las fuerzas que
nos impulsan a perturbar, para calmar la mente y obtener la reveladora vivencia
de ser en reconfortante quietud.
En su esencia el yoga es un viaje hacia el propio ser, más
allá de esas fuerzas centrífugas que nos apartan de nosotros mismos. El núcleo
del núcleo es la diana interior a la que hay que apuntar, para hallar así el yo
más honesto y profundo, lejos de las tumultuosas corrientes del apego y del
odio. Yoga es unión y al unirnos con nuestra naturaleza real, nos fundimos con el
todo el universo.
Interesante, gracias por compartir.
ResponderEliminarUn beso.
¿Repasar lo pasado? si sirve para hacerlo mejor vale, pero no se puede cambiar lo hecho, todo lo que sirva para ser mejores es bueno. Abrazos
ResponderEliminarTu los has dicho adentrarse en uno mismo, es la clave para confiar en nosotros y en nuestra guía interior. Cada uno con su propio brillo, con su propia luz. El Yoga puede ayudarnos a superar dificultades dentro y fuera de uno mismo, y encender esa amor, que nos permitirá realizar lo mejor de nosotros.
ResponderEliminarAna, un testo muy hermosos! Un cálido abrazo. Namasté.
Siempre seremos tus alumnos, y siempre aprenderemos..
ResponderEliminarUn abrazo Ana..