El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor construyó con ella.
El campesino cansado la utilizó como asiento.
Para los niños fue solo un juguete.
Drummond la poetizó.
David la utilizó para matar a Goliat.
Miguel Ángel le sacó la más bella escultura.
En todos los casos, la diferencia No estuvo en la
piedra.
Sino en el ¡hombre!
No existe “piedra” en tu camino que no puedas
aprovechar para tú propio crecimiento.
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Queridos seguidores, les doy las gracias por compartir su tiempo con este blog. Hay personas que brillan con luz propia y vosotros la tenéis. Alumbráis mi existir y el del blog, con vuestros comentarios y visitas. Sois unos encantadores magos que hacéis que mi alma se ilumine de luz y color.
A veces es necesario tomar un nuevo rumbo para seguir creciendo.