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miércoles, 16 de marzo de 2022

ESCRIBIR EL DOLOR

Escribir el dolor es dejar de cargarlo completamente y en exclusividad sobre nuestra espalda. Es bien cierto que existen otras formas de liberarnos del sufrimiento, como puede ser el compartirlo con nuestra familia, nuestros amigos, asistir a terapia o el llanto. Todas estas acciones tienen su función, por supuesto muy valiosa y necesaria, pero nunca sustituirán el efecto profundamente curativo de la escritura. Cuando uno escribe, es como si vertiese parte de su dolor en las palabras, y es habitual que uno se sienta con el pecho más liviano después de la escritura. No importa si lloramos antes de escribir, durante o despues de la escritura, todo ello es parte del proceso y no debe inclinarnos a abandonar esta práctica. Shakespeare nos dijo: “Dad palabra al dolor: el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe.” Y así es. El dolor que no se exterioriza, llora en nuestro interior y nos va minando por dentro, seamos más o menos conscientes. Y “dar palabra al dolor” es precisamente cobrar consciencia verdadera de lo que nos ocurre por dentro, sobre todo en el caso de la palabra escrita.

4 comentarios:

  1. Parece que es parecido a cuando se lo contamos a alguien solo que aqui guardamos el secreto. Es una buena idea Abrazos

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  2. Quem escreve a dor está a trocá-la por amor..
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    Cumprimentos cordiais
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    Pensamentos e Devaneios Poéticos
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  3. Hay que echar fuera lo que nos molesta para no enfermar.
    Un abrazo ana.

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  4. Es la mejor terapia,expresar lo que sentimos

    Besotes guapa

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