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jueves, 26 de abril de 2012

ZEN

El Zen no puede alcanzarse mediante lecturas, discusiones o debates. Sólo quien está dotado de una gran capacidad perceptiva podrá entenderlo. Si quieres entender el Zen fácilmente, debes dejar a un lado tu mente dondequiera que te halles durante las veinticuatro horas del día.
Los antiguos maestros no tenían el menor interés en la fama. Sólo eso les permitió alcanzar la maestría sobre la vida y la muerte. Después la grandeza viene sola.
El menor indicio de impaciencia en tu intento de dominar el Zen malgastará tu energía y frenará tu progreso.
Cuando alcances la estabilidad, serás como las majestuosas montañas, dejarán de perturbarte los deseos y las circunstancias extremas y tampoco te verás atrapado por dificultades ni por problemas.
Así es la acción que corresponde a la verdadera sabiduría.

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