Un monje meditaba en el desierto, cuando de pronto un
mendigo se le aproximó.
-¿Tienes algo para darme?, necesito comer.
El monje que estaba en sintonía casi perfecta con el mundo
espiritual, nada respondió.
-Necesito comer- insistió el mendigo.
-Ve a la ciudad a pedir ayuda a cualquier otro. ¿No ves que
me molestas? Estoy intentando
comunicarme con los ángeles.
-Dios se puso por debajo del hombre, le lavo los pies, dio
su vida por él y nadie lo reconoció. Respondió el mendigo.
-Aquel que afirma que ama a Dios y se olvida de su hermano,
está mintiendo. Y el mendigo se transformo en un ángel.
-Continua intentándolo, has estado a punto de conseguirlo
pero has perdido la oportunidad. Dicho lo cual el ángel desapareció.
Hay que meditar, rezar, buscar la espiritualidad, pero sin cerrar
los ojos a la realidad del día a día. Compartiendo, ayudando con amor, con
compasión y solidaridad, veremos y nos comunicaremos antes con los ángeles.
Es muy fácil aislarte de todo para conseguir la espiritualidad, lo veo incluso como un acto de egoísmo. Lo difícil es conseguirla, sorteando de la mejor manera posible los obstáculos que nos encontremos a lo largo de nuestra vida. Quien cierra los ojos a la realidad,desde luego creo, que no está en este mundo. Un beso.
ResponderEliminarCierto es, que es muy difícil en este mundo de prisas y contratiempos llegar a alcanzar la iluminación, pero si intentamos ser cada día un poquito mejores personas, entonces ya estamos en el camino correcto. Un abrazo
ResponderEliminarDe hecho esa actitud de fijarse en lo que se hace, de vivir el presente y mirar alrededor de nosotros, de escuchar a los demás, no se opone, a la de la “otra” vida que tanto se ha fomentado en todas las religiones.
ResponderEliminarUn abrazo Ana.
Así es, a veces no vemos los ángeles que nos salen al encuentro.
ResponderEliminarMuchos cariños.
Una verdad indiscutible y una lección…hay miles de ángeles en la tierra pidiendo ayuda y les damos la espalda. Hay que hacer el bien sin mirar a quien.
ResponderEliminarPreciosa entrada Ana, gracias por compartirla.
Abrazos y buen martes.
Es emocionante; el mendigo es el angel. necesitamos prestar mas atencion a los milagros que los angeles dejan en nuestro camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay muchos ángeles alrededor nuestro que pasan desapercibidos, tenemos que estar muy atentos para reconocerlos. Un abrazo
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