Toda la vida
nos la pasamos cargando un equipaje que no nos es útil,
un equipaje donde almacenamos rencores, envidias, frustraciones, apegos sentimentales y materiales, aferrándonos a todo aquello en lo que en verdad deberíamos soltar haciendo nuestro camino más liviano.
Cuando vamos soltando lastre, nos damos cuenta que tenemos más espacio para que entren cosas nuevas a nuestras vidas y nos sentimos francamente bien.
un equipaje donde almacenamos rencores, envidias, frustraciones, apegos sentimentales y materiales, aferrándonos a todo aquello en lo que en verdad deberíamos soltar haciendo nuestro camino más liviano.
Cuando vamos soltando lastre, nos damos cuenta que tenemos más espacio para que entren cosas nuevas a nuestras vidas y nos sentimos francamente bien.
Lo mismo
pasa con las cosas materiales, hay veces que nos apegamos a una camisa y no
somos capaces de sacarla del armario, a pesar de llevar años sin ponérnosla,
cuando por fin nos atrevemos a quitarla nos damos cuenta que nos liberamos de
un sentimiento de culpa por no ponérnosla y de apego innecesario y nos sentimos bien.
Si nos aferrarnos a todo aquello superfluo, que no funciona, nos impide abrir espacios, para lo nuevo para las cosas grandes que nos esperan.
Pensar que es lo que no necesitamos, abre nuevas puertas, si repetimos patrones puede servirnos para tomar conciencia de que es lo que aun no hemos terminado de aprender, ese es el primer paso, los patrones que se repiten, no son más que obstáculos que no nos dejan crecer y aprender. La vida nos enseña a diario una lección para concedernos la oportunidad de ser más felices y sentirnos dueños y responsables de nuestra vida.
Si nos aferrarnos a todo aquello superfluo, que no funciona, nos impide abrir espacios, para lo nuevo para las cosas grandes que nos esperan.
Pensar que es lo que no necesitamos, abre nuevas puertas, si repetimos patrones puede servirnos para tomar conciencia de que es lo que aun no hemos terminado de aprender, ese es el primer paso, los patrones que se repiten, no son más que obstáculos que no nos dejan crecer y aprender. La vida nos enseña a diario una lección para concedernos la oportunidad de ser más felices y sentirnos dueños y responsables de nuestra vida.
Hola Ana.Lo mas difícil de quitar son las emociones toxicas.Las cosas
ResponderEliminarmateriales a mi no me cuesta trabajo el quitarmelas de encima, aunque
después de un tiempo,haya buscado algo y claro,ya no estaba.Pero no
pasa nada,eso quiere decir que tampoco nos hacia tanta falta,porque
hemos podido pasar sin ello.Un abrazo.
Desde pequeño nos ponemos una mochila en la espalda y ahí vamos metiendo, metiendo. Si dejamos un poco abierta la cremallera quizás vaya saliendo alguna cosa, pero si sólo echamos y echamos, llega un momento que la mochila explota, rompiendose en mil pedazos.Es cuando decimos, "¿pero por qué, ésta persona a hecho esto o aquello?" pues poque ya no podia con su equipaje. Así que, a soltar lastre. Un abrazo
ResponderEliminarMadre mia, como resueno con este escrito. Que liberacion me produce el soltar y a veces cuanto apego!!
ResponderEliminarQue bien nos sienta quitarnos esos apegos innecesarios. Yo lo he comprobado hace poco, guardaba unas cosas durante ocho años, porque sentia desprenderme de ellas, hasta que el otro día dije ¡hasta aquí! se ha terminado y me deshice de ellas. No sabéis que peso me he quitado de encima y lo bien que me siento, eso que eran cosas materiales, cuando son emociones nos sentimos maravillosamente bien. Un abrazo
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