Un joven arriero llamado Niulang, se encuentra en su camino con siete hadas bañándose en un lago. Alentado por su travieso compañero el buey, hurta sus ropas y esperan a ver qué sucede. Las hermanas hadas eligen a la hermana menor y la más bella, Zhinu "la tejedora", para recuperar sus ropas. Ella lo hace, pero como Niulang la ha visto desnuda, se ve obligada a aceptar su propuesta de matrimonio. Ella resulta ser una maravillosa esposa y Niulang un buen esposo, y son muy felices juntos. Pero la “Diosa del Cielo” descubre que un simple mortal se ha casado con un hada, provocando su ira. Rechaza este matrimonio porque es un amor irreal y separa a los amantes para siempre enviándolos al cielo en forma de dos estrellas, tomando su alfiler, la Diosa abre el cielo formando un ancho río para separar a los dos amantes para siempre y formó así la Vía Láctea, que separa a Altair y Vega.
Zhinü permanece para siempre a un lado del río, hilando tristemente su telar, mientras Niulang la ve desde lejos, y cuida de sus dos hijos, las dos estrellas que lo rodean β y Aquilae.
Pero una vez al año, todas las urracas del mundo se compadecen de ellos y vuelan hasta el cielo reuniéndose para formar un puente, el puente de las urracas, (Que Qiao) que atraviesa la Vía Láctea sobre la estrella Deneb en la constelación de Cygnus, para que los amantes puedan reunirse por una sola noche, en la séptima noche de la séptima luna, aunque si ese día llueve, los ancianos dirán que son las lágrimas del arriero, Niulang y del hada, Zhinu, que no han podido verse en el único día que los dioses se lo permiten.
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