Las grandes religiones son tradiciones de sabiduría.
En todas ellas existen verdades comunes, estas verdades han
permanecido intactas al paso del tiempo. Son grandes enseñanzas de las que
podemos aprender.
En las diferentes creencias hay indicaciones, prohibiciones
y visiones del mundo.
Si todos respetáramos, aceptáramos y cumpliéramos estos
preceptos, el mundo donde vivimos sería bastante mejor.
Las prohibiciones las conocemos todos:
No matar,
¿Quiénes somos para quitar la vida a otro ser?
No robar, a nadie
le gusta que lo que ha conseguido y tiene suyo se lo quiten.
No cometer adulterio,
cuando se ama a la pareja, ni se le haces daño ni se desea a nadie más.
No mentir, cuando
se miente el primer dañado eres tú, somos nosotros los que nos perjudicamos en
nuestro interior, si todos mintiésemos, viviríamos en el engaño constante.
Dentro de esta sabiduría, también están las virtudes, que
son actitudes que sí deberíamos alentar para vivir una vida mejor con nosotros
y con los demás.
Caridad, dar y
compartir.
Humildad,
considerarnos uno más entre todos y echar fuera el egocentrismo.
Veracidad,
aceptar las cosas como son realmente y no engañarse a uno mismo.
Esperanza, tener
ilusión y ser positivo ante la vida.
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