Constantemente hablamos acerca del perdón, ya que este
cuenta con una gran importancia, tal vez mucho más grande de la que cada uno de
nosotros podríamos llegar a imaginar y
esto se debe a que en muchos casos, el no perdonar causa dificultades realmente
grandes sobre el cuerpo físico. En este tiempo presente, la energía que supone
el no perdonar se encuentra creciendo dentro de nuestro mundo, debido a que
está vinculada directamente tanto con la energía de la culpa como con la
energía del temor y todas juntas conforman un cóctel que generalmente resulta
muy destructivo.
No perdonar consiste en no aceptar alguna circunstancia,
relación o sencillamente no aceptar lo que realmente son aquellas acciones que posiblemente hayamos cometido.
En el proceso del perdón, dejas de ser víctima para ser el
amoroso creador de tu realidad. Dejas de envolverte por el pasado y las
circunstancias dolorosas que no te permiten crecer, y que te enferman. Dejas de
tenerte lástima y pasas a una posición de poder sobre ti mismo.
Debes avanzar en la vida con una actitud de perdón y
liberación del pasado, para que tu visión no esté contaminada por la pesada
carga del resentimiento, y puedas abrazar la paz en tu corazón.
Uno de los retos más difíciles que puedes enfrentar es
perdonarte a ti mismo, perdonarte por no ser perfecto, porque no se te hace
fácil dejar de sentir rencor y rabia. Perdonarte porque, cuando crees que ya
soltaste la cólera y el enojo, en el momento menos pensado regresan con más
fuerza que nunca.
Perdonarte a ti mismo te llevará al amor hacia tu ser
interior y eventualmente al amor hacia todos los seres, porque sólo podemos dar
lo que llevamos dentro de nuestro corazón.
Libera los sentimientos negativos de tu corazón y lograrás
la paz mental y la felicidad que siempre quisiste. Libera a los demás de la
atadura de necesitar ser perdonados y también libérate a ti mismo.
“El perdón es una
decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la
ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma
y la tendrá el que te ofendió”. Teresa
de Calcuta.
El no perdonar, hace que siempre estemos rumiando las ofensas que nos han hecho y desde luego, esto no es bueno para nosotros.
ResponderEliminarLo mejor es perdonar y olvidar.
Un beso.
Muy buena la frase de la madre Teresa de Calcuta. Abrazos
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