LA BELLEZA DE UNA MUJER

Muchas personas creen que la clave hacia la belleza es el aspecto físico y el maquillaje. La verdad es que están tremendamente equivocados, la belleza de una mujer no reside en la sombra de sus ojos o sus labios, ser bella es algo mucho más profundo que eso.

La pasión es algo que no se puede comprar, es algo que se consigue desde adentro y cuyos colores son tremendamente personales. Por lo general, independiente del color que tenga una pasión, es una característica tremendamente atractiva en una persona. Habla de que hay vida dentro de ella, que tiene motivaciones y ganas de vivir la vida intensamente. La pasión es algo tan bello que muchas personas buscan rodearse de las que son apasionadas, se quieren contagiar de esa belleza tan única que las destaca.

Cultivar en la mente la inteligencia, la paciencia, la claridad, la aceptación, la valentía y todas las cosas que hacen de alguien una mejor persona no sólo hará que esta persona se encuentre más a gusto consigo misma, logrará volverla alguien muy atractiva para los demás. En la medida que el cuerpo se va marchitando lentamente va quedando al descubierto lo que es verdaderamente importante, la mente. Alguien que cuida su mente será atractiva para siempre.

Una mujer que se levanta una y otra vez luego de sufrir caídas es una mujer muy bella. La resiliencia muestra cómo es la fortaleza del espíritu de la persona, sus ganas y determinación de salir adelante. No hay nada más atractivo en una persona que su voluntad y su capacidad de mantenerse en pie sin importar lo que pase.

Un atributo realmente atractivo en una mujer es su confianza. Ella confía en su voz interior cuando toma cualquier decisión en la vida. No deja que otros la hagan sentir pequeña, porque sabe que quien es ella y no se deja influenciar. Se tiene confianza y también tiene confianza en la vida. Espera lo mejor y no se intranquiliza frente a la incertidumbre.  Una mujer que camina con la frente en alto en este mundo es una mujer inspiradora.

Las personas con espíritus inquietos y libres son tremendamente atractivas. Su energía, su sed de vivir, su templanza, su solemnidad, todas estas características muestran cómo es el espíritu de una persona y, al igual que la mente, el espíritu es lo que queda cuando la belleza física se va.