"La joven de la perla" está inspirada en un vacío existencial que podemos atribuir al pintor holandés: Johannes Vermeer van Delft. De su vida sólo pueden deducirse algunas cuestiones a través de documentos legales, registros y algunos comentarios de otros pintores de su época. Nació en Delft en 1632, se casó con Catherina Bolnes en 1652 y tuvo nada menos que quince hijos, aunque cuatro murieron. Se le atribuyen únicamente treinta y cinco cuadros, de los cuales, uno de ellos, el que vemos en la portada del libro, debió inspirar a la escritora Tracy Chevalier para contarnos esta novela histórica.
Puede que fuera la mirada de la mujer retratada, o sus labios
entreabiertos, o esa luz concentrada en uno de sus pendientes, lo que impulsó a
Tracy a preguntarse quién era esta mujer de la que nada se conoce.
La novela narra la historia de Grieg,
una criada del matrimonio Vermeer, que pese a su baja condición y a sus
convicciones protestantes, se convierte, a escondidas, en la ayudante del
pintor, hasta el punto de ser inmortalizada en el que se ha considerado durante
mucho tiempo como uno de sus mejores lienzos.
Destaco de la historia la complicidad entre el pintor y Grieg. No
hay un amor tangible que pueda "tocarse" a medida que avanzas en la
lectura del libro, es un amor deducible por las acciones del pintor, los
silencios, las miradas, un sobrecogimiento cuando ella posa para él, en ese
momento me transporte al estudio y me
hizo pensar que también yo estaba siendo pintada. El personaje de Vermeer se
caracteriza por frases cortas y pocas preguntas. Es la voz femenina de Grieg
quien nos cuenta sus vicisitudes como criada en una familia que la relegó al
sótano en los primeros capítulos y después al desván de la casa, cuando nace el
sexto hijo de la familia.
El estudio del pintor es un lugar ordenado donde cada pequeño detalle tiene un significado y sirve de homenaje a la dedicación y la sabiduría de quienes se dedicaban al arte de pintar en el siglo XVII. El desván donde duerme la muchacha es un lugar que permanece cerrado por la noche, en el que elabora las mezclas, muele las piedras que luego servirán de color para sus cuadros y en el que guarda el mejor azulejo que su padre pintó, antes de quedarse ciego, razón por la cual ella tuvo que ponerse a trabajar de criada.
El estudio del pintor es un lugar ordenado donde cada pequeño detalle tiene un significado y sirve de homenaje a la dedicación y la sabiduría de quienes se dedicaban al arte de pintar en el siglo XVII. El desván donde duerme la muchacha es un lugar que permanece cerrado por la noche, en el que elabora las mezclas, muele las piedras que luego servirán de color para sus cuadros y en el que guarda el mejor azulejo que su padre pintó, antes de quedarse ciego, razón por la cual ella tuvo que ponerse a trabajar de criada.
Lo has resumido tan bien, que me han dado ganas de leerlo, aunque haya visto la pelicula.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por la recomendación no lo he leído, lo echare un vistazo. Tiene buena pinta. Ana, feliz verano que este lleno de fantásticas cosas positivas.
ResponderEliminarUn grande abrazo de luz.
Casi siempre cuando has leído el libro, la película se queda corta. En el libro se saca más matices y la imaginación va enseñándote el paisaje, calles, habitaciones... Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias Cristina, yo también te deseo un feliz verano lleno de luz y amor. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHas sabido explicar muy bien lo que se esconde tras esa mirada y vida de estos dos personajes que tuvieron su propia complicidad sin que nada traspasara ninguna frontera emocional.
ResponderEliminarBesos
Gracias Ilesin, cierto, toda la lectura esperando que se traspasará esa frontera, pero ahí se quedo, en simple complicidad. Un fuerte abrazo.
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