En una tarde
de invierno frio pero hermoso, pasear por las calles y jardines, hace desaparecer
la sensación de ser un individuo separado. Da la sensación que el mundo tiene
una frescura nueva e inesperada, aparece como el resplandor natural de la
conciencia infinita, la libre expresión de su alegría, el éxtasis del amor
incondicional.
El amor es la canción de la libertad de conciencia, la fragancia de la vida, su sonrisa divina lo abarca todo y es todo.
El despertar es el reconocimiento de que nuestra verdadera naturaleza de lo que todavía está aquí y está aquí, dormir, comer, reír…. La verdadera naturaleza de uno mismo, la vida y la realidad son una misma esencia, para alcanzar la conciencia, está nuestro corazón, verdadero tesoro de amor, el silencio, la alegría y la libertad.
El amor es la canción de la libertad de conciencia, la fragancia de la vida, su sonrisa divina lo abarca todo y es todo.
El despertar es el reconocimiento de que nuestra verdadera naturaleza de lo que todavía está aquí y está aquí, dormir, comer, reír…. La verdadera naturaleza de uno mismo, la vida y la realidad son una misma esencia, para alcanzar la conciencia, está nuestro corazón, verdadero tesoro de amor, el silencio, la alegría y la libertad.
Sentir y experimentar la verdadera alegría, una alegría sin causa, requiere un dejar ir de tu interés consciente o inconsciente por los pensamientos.
Me gusta mucho tu propuesta de pasear. La tranquilidad que tenemos paseando, nos lleva a descubrir la belleza que tenemos en nuestro entorno, al impregnarnos de ella, afloran emociones muy positivas para nosotros. Un beso.
ResponderEliminarSentirse parte del todo ayuda a quitarle importancia a los problemas. Un beso.
ResponderEliminardat ziet er wel heel mooi goed onderhouden uit.
ResponderEliminarSalir a pasear el alma y corazón es despertar ese sentir que tan bellamente expresas Anita....es dejar fluir nuestro interior en libertad y lo demás llegará sólo..
ResponderEliminarMuy Hermoso texto y foto preciosa y muy bien logrado centro de interés ad hoc al texto
Fuerte abrazo
Cristina
Creo que tienes razón, pasear por sitios bonitos y grandes nos ayudan a vernos como somos. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre que vengo a leerte Ana, no puedo dejar de decirte "estoy totalmente de acuerdo" inclusive en los días de verano, en esas tardes fresquitas a la orilla del mar, o en un amplio jardín.... que bonito :* besos
ResponderEliminarUna lectura que te transporta, en mis paseos encuentro ese momento especial del día por y para mí.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bonito, felicidades! Tienes mucha razón, pasear es exquisito, sobre todo cuando el otoño empieza a pintar las calles y los arboles desnudan sus ramas, cerrar los ojos por un instante y oler la fragancia de la naturaleza nos regala una sonrisa hermosa, y todo parece diferente cuando abrimos nuestros ojos, los problemas se minimizan y nos llenamos de una sensación curativa.
ResponderEliminarPara distendernos y dejarnos fluir..
ResponderEliminarBesos