ESCRIBIR

La escritura no sólo es un medio que ha llevado a hombres y mujeres a jugar con las palabras, logrando la máxima expresión de belleza.

El escritor nace cuando la pluma y el papel en blanco o el ordenador se convierten en el camino que conduce a un mundo de sueños, misterios, magia y fascinación. Creando historias y mundos imaginarios de gran riqueza o a transmitir y perpetuar el conocimiento. La palabra escrita se nos ofrece como un vehículo poderoso para encontrarnos desnudos ante nosotros mismos y descubrir aspectos en ocasiones sorprendentes de nuestra personalidad. En este sentido, escribir puede convertirse en una interesante herramienta terapeuta a la vez que una forma de desarrollar nuestra creatividad.

Desde nuestros primeros garabatos hasta las redacciones del colegio, las poesías de la adolescencia, el diario íntimo o las cartas a los amigos, las reflexiones sobre la realidad cotidiana todo ello volcado sobre el papel, como simple ejercicio de toma de conciencia, todos hemos tenido contacto con la escritura. Algunas veces nos encontramos con ella a través de la soledad, de la necesidad de expresar nuestros sentimientos y pensamientos desde lo más hondo de nuestro ser, en busca de  complicidad y verdad.

A veces nos llega la inspiración y sabemos lo que queremos decir sin titubeos y otras veces es a fuerza de ejercitarnos aprendiendo algunas técnicas de escritura y apasionarnos.

Escribir nos conecta con nuestro yo profundo y nos ofrece claridad, fuerza y orientación.