Un antiguo indio Cherokee dijo a su nieto.- Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros
hay una batalla entre dos lobos. Uno es malvado, es la ira, la envidia, el
resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el ego…
El otro es benévolo,
es la alegría, la paz, el amor, la verdad, la bondad, la esperanza, la empatía…
El niño pensó un poco y preguntó,- Abuelo, ¿qué lobo gana?
El anciano respondió.-
El que alimentas.
Hola Ana. Bonito relato, muy didáctico y que deberíamos recordar
ResponderEliminarsiempre. Hay veces, que no distinguimos, a un lobo de otro, porque
estamos ofuscados y alimentamos más al lobo erróneo, con el
consiguiente perjuicio para nosotros. Pero, debemos tomar conciencia
muy seriamente, para que en esa lucha siempre gane el bueno, por
nuestro bien, ya que lo que alimentamos nosotros en nuestro interior,
es lo que florece.Un abrazo.
Para poder distinguir un lobo de otro, siempre hay que dejar que la mente se enfrié y se calme. Con el tiempo solamente alimentas al lobo bueno, porque el otro ni existe. un abrazo
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