La nostalgia es un estado de ánimo, doloroso y dulce a la
vez. Recordamos momentos felices y al mismo tiempo sabemos que quedaron atrás. Sentir
nostalgia sin quedar apegados a ella,
nos ayuda a tener una mayor comprensión de la vida y de nosotros mismos, nos
ofrece la certeza de que nada es para siempre y que no hay nada tan importante
como saborear el momento presente.
La nostalgia, añoranza, morriña, melancolía…, es una
proyección de instantes de nuestra vida pasada, que nos hace sentir felices al
recordarlos pero sufrimos a la vez sabiendo que sólo son eso, recuerdos.
Es un enorme sentimiento, que cubre todo nuestro ser con su
presencia.
La nostalgia es deliciosa si es transitoria, pero peligrosa
si se hace perenne.
Elogiar el tiempo pasado desde la gratitud, puede entenderse
como un acto de alineamiento interior. Poder mirar atrás lo vivido, en paz y con tranquilidad. Sin embargo cuando todo “era
mejor antes”, tenemos un problema existencial. No existe armonía entre lo
vivido y el momento presente.
Hay que entender su mensaje y tener en cuenta la alegría de
la vida y gracias a la energía de la nostalgia, tomaremos impulso para volver
al presente.
No vivimos de recuerdos, los recuerdos viven de nosotros.
Todo está bien. To es como debe ser.
ResponderEliminarHola Ana.Me ha gustado,porque cuando la nostalgia se instala en
ResponderEliminarnosotros,es difícil de alejar.Debemos usarla como trampolín para
seguir creciendo y no acomodarnos en ella.Un beso.
Recordar algo grato, es bueno y bonito, pero que no sea una obsesión, porque entonces ya no sería bonito. Un beso
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