Con alegría y un poco de sana ironía se alivian las penas y los problemas parecen menos graves.
Reírse a veces de las situaciones absurdas que a menudo nos suceden, es una manera de tomar distancia y de ver desde otro ángulo las circunstancias del momento, también nos ayuda respecto al mundo exterior y al miedo a lo imprevisto, incluso a la muerte. Reírse, también de uno mismo, es bueno para la salud y alivia el peso del exceso de seriedad, del sentido trágico de la vida que cultivamos muy a menudo.
No hay que tomarse las cosas por la tremenda, siempre hay que poner un toque de humor y de positivismo.
Ahora es muy común sacar la palabra crisis en todas las conversaciones y con ello la negatividad del momento, pues si esta todo mal pero hay que poner una chispa de humor en ello. Negatividad igual a más negatividad, positivismo igual a más positivismo, ¿con qué nos quedamos?
"Quien canta sus males espanta" "La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano"
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