El otro día me puse a pensar y llegue a la conclusión de,
cómo nadie nota tus lágrimas, ni se fija en tu tristeza, ni se da remota cuenta
de tu dolor, sea físico o del alma. Cuando digo nadie, no me estoy refiriendo a
las personas que nos cruzamos en la calle, si no a la familia querida y
cercana, marido, hijos…con los que convivimos. Ellos no están en esos “pormenores”.
Las madres en cambio con una sola mirada ya sabemos como van las emociones de
cada uno y si es algo físico, ni te cuento.
Hace unos años, pasé por un gran disgusto interno, digo
interno porque ni una sola palabra dije a nadie de lo que me estaba pasando. Mi
madre que ya llevaba unos años con alzheimer
pero tenía momentos, (pocos) de plena consciencia, se me quedo
mirando a los ojos y me dijo ¿qué te pasa?, a mi se me hizo un nudo en la garganta
que me tuve que refugiar en el baño a
llorar. Cómo era posible que nadie de mi familia notara la tristeza que me
embargaba, nada más que ella. Por eso digo que las madres tenemos ese sentido
de saber cuando algo no anda bien, en hijos y en marido, que no somos sus
madres pero si llevamos unos años conociéndolos, también sabemos al mirarles la
cara, como ha ido el día.
Pero ahora bien, no cometas un error, que se entera hasta el
gato.
Cualquier cosa que no hagas bien, que no hayas hecho o se te
haya olvidado, eso sí, si se dan cuenta todos.
He llegado a esta conclusión, no porque me pase a mí, sino
porque he hablado con muchas mujeres y todas se quejan de lo mismo. Como en
todo habrá excepciones, por ello que no se moleste nadie. Si es que son atentos
a los “pormenores” ¡Fantástico!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarCurioso comentario. Yo no sé si todas las madres tienen ese sexto sentido. Lo que sé es que yo sí que lo tengo. Un beso.
ResponderEliminarEs triste, pero muy cierto.
ResponderEliminarNi se les pasa por la cabeza pensar, en lo que sentimos.
Que sepas que no cambiará nada, al no ser que un día,
no te levantes a la hora de costumbre y no atiendas tus obligaciones.
Entonces si, preguntaran por esos pormenores.
Un beso.
Estoy de acuerdo con todo lo que dices, me queda un pero y es que personalmente creo que soy muy reservada y nunca cuento nada que pueda preocupar y tengo fama de fuerte. O sea que la culpa es mía. Un abrazote
ResponderEliminarMe identifico, aunque yo no tengo hijos Ana, la verdad es que pocas personas cercanas a veces se dan cuenta o saben interpretar que lo estoy pasando mal o preocupada. Eso me da fuerzas a seguir adelante. Muchos besos Ana.
ResponderEliminarUm comentário bem interessante e uma belíssima imagem! Bj
ResponderEliminar
ResponderEliminarIncreíble cómo algunas personas no saben nada
¡Cómo te comprendo!
ResponderEliminarYo opino como tu, si tu madre con su enfermedad fue capaz de darse cuenta, imagínate las que estamos sanas. Creo que las madres tenemos una visión especial de las cosas. Muy triste pero tierno lo que has escrito.
Besos
Concordo que as mães são assim mesmo. Mãe é a obra prima de Deus.
ResponderEliminarBeijos.
Élys.
Sé de lo que hablas y lo que sentiste en aquel momento. A veces convivimos y rutinizamos la convivencia hasta tal punto que no somos capaces de percibir nada de los cambios que nuestro interior está acusando. Somos y actuamos como máquinas y si percibimos algo son ruidos e interferencias que nos dejan escuchar ni escucharnos. El cuerpo protesta y lo manifiesta a través de la enfermedad. Sentimos carencias, que no se suplen más que con amor. Y cuando digo amor me refiero al AMOR con mayúsculas. No somos capaces de valorar y cuidar todos los días a las personas que tenemos al lado y dedicarle lo más importante de la vida; Nuestro amor y nuestro tiempo. Es triste pero tiene solución. Reivindicar, protestar, recordarles y enseñarles la importancia de valorar al otro y de no convertirlo en objeto.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá sea ese sexto sentido de las mujeres.
ResponderEliminarAunque yo creo que en parte es como un rol que nos hemos cogido de estar atentas a las necesidades de todos. Por otra parte, porqué hemos de dar por hecho que los demás deben saber cómo nos sentimos. No sería más fácil decirlo, compartirlo con quien realmente queremos. Hay personas que están tan inmersas en sus propios problemas y discursos internos que no son capaces de ver el mal-estar de las personas cercanas a ellas. Pero esto no significa que nos las quieran.
Esto da para un debate y yo ya me he enrollado bastante jajaja.
Un abrazo.
Soy una convencida,que las madres tenemos un sexto sentido,abrazos y si es tal cual lo dices.
ResponderEliminarAnna no sé si todas somos iguales,pero si que te diré que yo antes de que me cuenten nada ya veo que pasa alguna cosa y te digo que a mi hija le pasa lo mismo pues yo nunca digo nada y ella sin hablar ya me lo nota. Así somos la madres y siempre la echaremos de menos.
ResponderEliminarBesos
Susana, el comentario es publicidad. Yo tampoco se si todas las madres tienen ese sentido, pero me creo que la mayoría si. Un abrazo
ResponderEliminarLuzdemar, jajaja que razón llevas. Un abrazo
ResponderEliminarA mi Ester me pasa lo que a ti, que no cuento nada y tampoco pretendo que nadie esté averiguando si me duele esto o aquello. Pero... un poquito no vendría mal. Un abrazo
ResponderEliminarLidia, hay que ser fuerte. Yo no es que haya hecho esta reflexión especialmente por mí. He estado siete años cara al publico dando información sobre yoga, eran diez horas semanales las que dedicaba a esto y he escuchado a muchas personas la mayoría mujeres contarme sus problemas, porque aparte de preguntar por los beneficios del yoga, muchas tenían necesidad de desahogarse hablando y os puedo asegurar que en muchísimos casos me veía haciendo de psicólogo, sobre todo con las mujeres, y muchas de sus quejas era la falta de atención que recibían por parte de los suyos. Un abrazo
ResponderEliminarCrocheteando, muchas gracias, un abrazo.
ResponderEliminarBell, increíble pero cierto, un abrazo
ResponderEliminarJulia, yo también creo que las madres tenemos esa visión especial, seguramente que hay padres con esa visión también, sobre todo los de esta generación que están muy implicados en la crianza de los hijos. Un abrazo
ResponderEliminarÉlys, yo también estoy de acuerdo con tus palabras, un abrazo
ResponderEliminarCreo que tienes razón en lo que expones.
ResponderEliminarY,efectivamente, las madres son algo muy especial.
Un beso.
Ardilla, con paciencia y con amor se llega a ese lugar sin ruidos e interferencias, pero no se puede pedir que todos escuchen la misma música.Si nos valoramos nosotros mismos, también los demás nos valoraran. Un abrazo
ResponderEliminarLola, ese rol, seguramente lo hemos aprendido de generación en generación y yo creo que nos gusta. Por otra parte, es verdad que todas las personas no estamos capacitadas para "ver" los problemas de los demás, pero si para amar. Un abrazo
ResponderEliminarAlfa Fon-Amor, muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarPakiba, estoy totalmente de acuerdo con tus palabras. Gracias por tu comentario, un abrazo
ResponderEliminarAmalia, lo que expongo es mi conclusión, nada más. Una madre es el ser más especial, como dice Élys, es la obra prima de Dios. Un abrazo
ResponderEliminarAna... Que decir, yo no soy madre, pero comprendo que tienen un sexto sentido por mujer y por madre.
ResponderEliminarlo que cuentas de tu madre es tan expresivo y tan emotivo, que realmente me supera...
Un abrazo....
Gracias Llorenç por tus comentarios, un abrazo.
ResponderEliminarAna, no podía estar mas de acuerdo contigo. Yo con mis hijas, cuando algo va mal se lo noto hasta por el teléfono, con solo que diga hola.
ResponderEliminarUn grande abrazo.
Hermoso y significativa presentación. Las madres intuyen hasta el más mínimo dolor o cambio de ánimo ... en sus hijos o esposo. Junto a ella se regocija en sus brazos ignorando muchas veces sus propias tristezas o angustias. Sin embargo frente a un insignificante error o falencia es cuestionado todo su actuar
ResponderEliminarCuántas veces cometemos el mismo error de cuestionar sin considerar el buen actuar de las personas. Lo bueno se ignora , lo malo brilla incomprensiblemente
Fuerte abrazo Anita
Mi querida Ana esa misma sensación también golpea mi alma y corazón y en el silencio siento que todo se rompe dentro de mi, veo como aquello que creía era mi soporte ahora se desamoran sin más, pero supongo que todo en fruto de los cambios en que estamos inmersos y que nos llevan a desprendernos de esos aferramientos impuestos por estereotipos que ya no son validos.
ResponderEliminarBesos
Es tal la intuición que desplegamos hacia los hijos, que como tú dices, hasta por el teléfono notamos cuando algo les aflige. Un abrazo Cristina
ResponderEliminarCristina, llevas razón cuando dices que destacamos más los errores que el bien actuar de las personas, tenemos ese defecto de criticar en vez de halagar. Un abrazo
ResponderEliminarIlesin, los tiempos cambian y se rompen esquejes y estereotipos. Hay que aceptarlos aunque nuestros esquemas fueran otros y no nos gusten los actuales. Un abrazo grande.
ResponderEliminarreconocer a otro es una gran virtud de grandeza y empatia de esa persona...claro que uno nunca sabe adonde irá a caer ese decir o sentir por el otro...no siempre es recíproco, creo lo que más marca es lo que es para uno principalmente ...aprender a crecer con los demás en esa dimensión te hace indudablemente más humano...de eso que debemos darnos cuenta más que pronto en la vida...para no dañar a otros ...los mundo interiores son personales es cierto, pero en el saber estamos todos conectados y cuanto más debería se en ese sentir...
ResponderEliminar