Desilusión y desencanto designan la
impresión triste que se siente al descubrir algo que niega una ilusión. Sentimiento
que produce la realidad cuando no cumple con las expectativas
La desilusión se sufre sobre algo que no existía, sobre una fantasía.
Por esa razón las ilusiones no se agotan nunca, después de una desilusión del
tipo que sea y sin que haya que hacer nada, crecerán ilusiones nuevas o pueden
ser las mismas recuperadas
Una desilusión
destruye algo posible pero poco probable. El que tiene una ilusión sabe
perfectamente, que es posible que esa ilusión no se haga realidad. La
desilusión no pilla por sorpresa.
Una decepción
es una certeza que se desmonta. Es una verdad que se rompe, que se destroza. No
es que fuera algo posible y probable, sencillamente era y de repente ya no es.
Había una certeza y no cabía ni la más remota posibilidad de que dejara de
ser…y de repente no es. La decepción suele pillar tan por sorpresa que hace el
vacio y deja sin aire.
Las desilusiones
pasado el primer momento de quedarse desinflado y como sin ganas de nada dejan
un poso dulce. Cuando las recuerdas pasado el tiempo, puedes eludir el momento
concreto de la desilusión, el momento en que se te pinchó el globo de esa
ilusión concreto, ir más atrás y sonreír al recordar ese momento en que ibas
feliz con tu globo de ilusión. Puedes
recordarlo con humor negro y pensando “que ingenuo fui al ilusionarme con
aquello pero bueno estuvo bien”.
Las decepciones
no son así. Las decepciones no te pinchan un globo, te quitan el suelo bajo tus
pies. Las decepciones siempre dejan un poso amargo y duelen siempre. Permanecen
activas eternamente y hay que tener mucho cuidado con su manejo, hay que
intentar arrinconarlas y no tocarlas ni con lo más sutil, porque el simple roce
de su recuerdo puede hacerte caer hecho añicos. La decepción no permite el
recuerdo dulce. Esa decepción que se siente cuando esa persona sólo te habla
cuando necesita algo, ese recuerdo siempre es triste y amargo. El cariño
que se pierde por decepción, es ese que nunca vuelve.
Muy bien explicado, realmente es asi. Un beso.
ResponderEliminarLas decepciones, es que se quedan marcadas, como los grabados en piedra y por mucho que se pula, siempre queda la marca. Luzdemar, que pases una buena semana, felicidades en el día de hoy y un abrazo.
ResponderEliminarCon lo parecidas que son las palabras y lo diferentes que pueden ser las consecuencias. Las decepciones dejan señales. Un abrazo y feliz lunes.
ResponderEliminarEn la vida hay fracasos y decepciones que no se olvidan.Pero también quedan los buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo
Sí Ester, son parecidas las palabras, bueno de hecho yo pensaba que significaban lo mismo, hasta que descubrí que no, y es cierto que no son igual. Un abrazo
ResponderEliminarInés, con lo que tenemos que quedarnos, de esos fracasos y decepciones, es con algo positivo, siempre aprendemos algo de alguna situación, aunque nos queden señales. Un abrazo
ResponderEliminarAna, yo sé muy bien la diferencia de las dos palabras, hace poco pase por una gran decepción y sus huellas todavía hacen quebranto en mi. Besos
ResponderEliminarLa decepción no permite el recuerdo dulce, eso es la pura verdad, ya no cabría de ninguna manera tener esa ilusión que día tocamos esmeradas con amor... besitos Ana :*
ResponderEliminarlo bueno es q de todo se aprende, feliz comienzo de semana
ResponderEliminar!Hola,Ana!
ResponderEliminarEsperamos recibir en la medida que damos,en ocasiones.He aprendido que hay cosas que molestan,decepcionan o duelen,y que son inevitables,tienen que ocurrir.
Aunque estoy en proceso de aprendizaje para que eso no reste a mi vida,sino que sume.Espero lograrlo.
Muchísimos besitos,Ana.
Caridad, espero que esa decepción no te deje señales muy profundas y pronto le de paso a la esperanza, ilusión, vida…. Un abrazo
ResponderEliminarPatty, no sólo no permite el recuerdo dulce, si no que el recuerdo es amargo, pero el tiempo lo apacigua todo. Un abrazo
ResponderEliminarPues eso digo yo Escuchando palabras, que de todo se aprende algo. Un abrazo y feliz semana
ResponderEliminarCristal Azul, gracias por dejar tu huella. El mejor aprendizaje es que nunca sufras una decepción, así lo deseo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ana. Acabo de ver que te has hecho seguidora de mi blog y siempre me gusta ir a visitar a los nuevos seguidores pero con nadie me había llevado una sorpresa tan grata como contigo. Me encanta lo que he visto y no lo he visto todo pero las osas que cuentas en tu blog son tan cercanas a mí, a mi pensar y mi forma de ser.... Tienes una fiel seguidora, eso seguro. Besos.
ResponderEliminarHola Ana, defines con claridad ambas situaciones, sin duda. Y las vivimos realmente. Pero...
ResponderEliminarPersonalmente las considero, y te aseguro que llegan hasta a mí en ocasiones, como lecciones propias que debo encarar con un cierto sentido más profundo, más real.
Y ahí, no son ellas quienes mandan...
Un abrazo amiga.
Muchas gracias Loly, por tus lindas palabras y por venir y quedarte, espero seguir disfrutando de tus visitas. A mí también me ha encantado todo lo que muestras en tu blog, pues me gustan mucho hacer manualidades. Un abrazo
ResponderEliminarErnesto, todo llega a nosotros en el momento justo que necesitamos sea lo que sea, y de nosotros depende administrarlo de la mejor manera, para que nos ayude a crecer y mejorar como personas. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ana.
ResponderEliminarQue bien explicas las diferencias, anda con las decepciones, que te dejan partido a pedazos, por supuesto que duelen y unas más que otras.
Un abrazo.
Ambar