CUATRO LEYES BUDISTAS

Los principios de la filosofía budista llevan consigo una sabiduría milenaria, la cual ha sido transmitida a través de sencillos mensajes de generación a generación. De aplicar esos principios en

nuestra vida cotidiana, podríamos gozar de un vida libre de ataduras propias del ego, que no hacen más que alejarnos de la felicidad.

Acá te traemos este regalo de 4 leyes fundamentales que te ayudarán a transformar tu vida, bastará con que leas estas líneas con la mayor apertura de corazón, las internalices y las apliques en tu día a día para comenzar a sentir cambios sustanciales en tu vida.

Transformar lo negativo en positivo:

Aprende a ver el lado amable de las cosas, aunque estas cosas sean negativas, nada es completamente bueno o completamente malo, mira con el corazón y rescata lo positivo. Saca provecho de las adversidades, toma consciencia de la experiencia y úsala para afrontar situaciones similares en el futuro.

Todo pasa, todo es transitorio:

Todas las situaciones que se nos presentan, positivas o negativas, son transitorias en el tiempo. Si nos encontramos bien, disfrutemos el momento sin generar apegos. Si nos encontramos pasando por una situación desagradable, recordemos que no será permanente, todo cambia, todo pasa, todo se transforma y lo que afrontamos también pasará. Anicca significa impermanencia y bien podríamos utilizarlo como un mantra en momentos de turbulencia.

Ser responsable de uno mismo:

La filosofía budista nos muestra que todo lo que somos, hacemos y sentimos es de nuestra propia autoría, nos muestra cómo nosotros creamos nuestra vida y cómo podemos inclusive en nuestra creación hacernos daño. Debemos vivir con moralidad, controlar la mente y nuestros pensamientos y aplicar la auto-observación, mientras nos mantengamos ecuánimes a nuestras sensaciones, podremos purificar nuestra mente.

Debemos conocernos a nosotros mismos, observando la realidad tal y como es, no como nos gustaría o desearíamos que fuese, observando nuestra verdad interior.

Esto nos dará la capacidad de reaccionar de forma adecuada ante las diversas circunstancias, y mientras más nos conozcamos más alejados estaremos de vivir experiencias que nos hagan sentir mal, no por la experiencia como tal, sino por el control que tengamos de nosotros mismos.

Buscar la verdadera felicidad:

Éste deberá ser el fin único, la verdad última, entrar en sintonía con la verdadera felicidad, esa que se expande del alma y no tiene nada que ver con el ego. No tiene que ver son cosas materiales, ni logros, ni cumplimiento de metas, que definitivamente son cosas que nos llenan de regocijo y de alegría, pero la verdadera felicidad es aquella que se manifiesta cuando nuestro corazón y nuestra mente están educados para procurar nuestro bien y el de quienes nos rodean.