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lunes, 9 de octubre de 2017

COMO LA LLAMA DE UNA VELA


En el haṭha yoga o “yoga físico” hay una postura muy importante llamada sarvāṅgāsana, cuya traducción literal podría ser “postura de todas las partes del cuerpo”, ya que es “buena para todo”. Justamente por su beneficio integral se la considera como la “madre” o “reina” de todas las asanas. Por hábito o búsqueda de simplicidad, muchas escuelas y profesores (yo también lo digo) traducen sarvāṅgāsana como “la vela” o “postura sobre los hombros”
Hace poco, practicando sarvāṅgāsana con un maestro él indicó que la postura, una vez lograda, debía mantenerse inmóvil “como la llama de una vela en una habitación sin viento”. Por primera vez el sentido de “vela” me tocó la el alma.

Las enseñanzas del yoga clásico dejan muy claro que aquietar el cuerpo es fundamental para aquietar la mente. Por tanto, la razón última de cualquier movimiento dentro del asana es inquietud mental y, por ello, los beneficios de la práctica de posturas van más allá del cuerpo físico.

“Como una lámpara que en un lugar sin viento no tiembla”: esa es la imagen usado por la mente disciplinada del yogui que practica concentración en el Ser.

Para algunos esa esencia es un punto de luz en el centro del pecho, para otros el silencio interno, para otros el Absoluto, el universo, para otros una flor roja… pero siempre es un único objeto.

Practicando esto durante “largo tiempo, sin interrupción y con seriedad”, sin dudas la llama de la mente vacilará cada vez menos y entonces puede que también se empiece a mantener inalterable en lugares con viento, como la calle, el trabajo y la familia, uno de los verdaderos objetivos de todo yoga.

5 comentarios:

  1. Hola Ana.. Siempre interesantes tus explicaciones sobre como mejorar la salud mental y física.. En cuanto me tome las pastilla lo intentare, te lo prometo..
    Un abrazo y buena semana..

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  2. Muy fuerte empiezas la semana.
    Un beso.

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  3. Me gustaría pero soy incapaz de intentarlo, creo que no debo empezar desde tan alto. Un abrazo

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