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miércoles, 2 de septiembre de 2015

NUESTRO NIÑO INTERIO



Sin importar la edad que tengamos o aparentamos, todos llevamos un ser diminuto en nuestro interior, nuestro otro yo, el niño o niña interior, un niño que está herido.
Uno de los pasos fundamentales para crecer interiormente, es conocer nuestro niño y darle aquello que está necesitando y hacer las paces con él.
Cuando hablamos con nuestro chico y recordamos el pasado junto, sacamos del fondo cosas que nos entristecen, que nos atormentan a veces, por eso es bueno entablar una relación de comprensión y amor.
Conocer nuestros miedos, es el primer paso para poder superarlos, el miedo nos lleva a repetir patrones de conducta y actitudes, a ser rechazados, al abandono, en realidad si no nos enfrentamos a él, es nuestro niño interior el que  nos limita, llevándonos a sentir celos de aquello que nos rodea, a ser posesivos y a veces egocéntricos.
La única manera de superar los temores es garantizándole que siempre estaremos a su lado, que no lo vamos a dejar.
El miedo a la perdida que siente nuestro niño, nos produce una profunda tristeza, e inseguridad disfrazando nuestro ego, adoptando actitudes negativas.
Cuando somos conscientes del origen de todo temor y miedo, podemos optar por sanarlo, para esto debemos establecer un vínculo y una relación amorosa con nuestro chico, de este modo sanamos las heridas del pasado, las inseguridades y adquirimos más seguridad en nosotros mismos.

Sentir miedo es algo natural, pero debemos superarlo poco a poco, aceptando  cambiar las ataduras que nos encadenan.

6 comentarios:

  1. Es verdad, él nos llama pero lo hacemos callar demasiadas veces. Ahora voy a escucharlo.

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  2. Pues sí, saquemos nuestro niño interior, para mimarlo y amarlo como se merece.

    Un beso.

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  3. Que los miedos no nos atenacen, que ese niño esté siempre presente y nos devuelva la frescura. Un abrazo

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  4. Hay que mirar y cuidar a nuestro niño interior ya que nuestra estabilidad dependea veces de ello.
    Besos

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  5. dices verdad...
    conocernos es prioritario para poder entablar buenas relaciones con los demás y ser sanos de espíritu...

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  6. ciertamente, llevamos un niño/a interno, el que se ata, o no se deja reír como debería de ser.

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