LA MIRADA DEL LEÓN

Una de las enseñanzas más hermosas en el Budismo se llama "la mirada del león."
Cuando tiramos un palo en torno a un perro, el perro corre detrás de la vara, pero cuando tiramos un palo en torno a un león, el león corre detrás de nosotros.
El lanzamiento de la vara en este ejemplo, representa cuando una emoción incómoda, dolorosa  dentro de nosotros, se dispara. Cuando se activa, es como si un botón dentro de nosotros activase un inconsciente y compulsivo reflejo común. Corremos tras el palo como el perro,  para disfrutar y  actuar, es poner nuestra atención fuera de nosotros mismos, para así anular esa emoción fuerte, que nos duele. Lo que tendríamos que hacer es como el león, él no tiene miedo de ir directamente a por quien le tiro la vara.
Tener la mirada del león, es mirar en dirección al problema. Si tenemos una emoción aguda, punzante que nos duele, hay que volver la mirada hacia dentro de nosotros mismos, encarar y mirar que es lo que se ha activado. Como el león  sin miedo y a la vez auto- reflexionando sobre la situación que se nos ha dado como un regalo, ya que nos va a permitir acceder a una parte de nosotros mismos que hasta ahora había estado inconsciente, permitiéndonos poder sacarla a la luz,  tratarla y curarla.